Se trata de un forraje útil para los tiempos de sequía, debido a su gran contenido hídrico, por lo que se utiliza no solo como forraje, sino como aportante de agua. En la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Ingeniero Juárez de Formosa, se empezó a trabajar con la tuna en 2014 y actualmente su producción se lleva a cabo en parcelas demostrativas en conjunto con los institutos superiores del departamento de Ramón Lista y los productores locales.
"La propuesta técnica en el territorio se da a través de semilleros y de cercos con algunas especies para la alimentación directa del ganado", sostuvo Silvia Alejandra Chaparro, del INTA El Chorro -Formosa-. En este caso, en el Instituto Superior, se elaboró un semillero demostrativo con 5 variedades de tuna forrajera, donde se implantaron las especies italiana anaranjada, copena, sanjuanina, AR9 y AR8. Asimismo, "el fruto de la tuna -aseguró Chaparro- sirve para alimentación humana".
El Instituto de Educación Superior Docente está ubicado en un campo que ocupa una superficie de 20 hectáreas con un cerramiento de 6 hectáreas. "El lote de tuna se inició en 2019 con material vegetal provisto por el INTA de Ingeniero Juárez", aseguró José Luis Fernández, integrante del Instituto, y agregó que "a partir de este suministro empezamos a recibir más insumos, hasta que en los años siguientes lo pudimos hacer con material propio".
Para Fernández, "multiplicar los lotes de tuna o nopal con destino de forraje es el objetivo principal", para que, de este modo, se pueda abastecer a las familias que los requieran, aunque en la actualidad, los productores sumaron un nuevo objetivo: disponer de alimento balanceado para aves y cerdos.
Es decir que también "es posible utilizar el nopal como parte de los ingredientes que se destinan a la preparación del pellet, que es un balanceado hecho con varios ingredientes", añadió Fernández.