Trigo
El cereal cerró con amplias ganancias luego de semanas de volatilidad en los precios. Los nuevos bombardeos a campos de trigo ucraniano y las continuas disputas militares, sumado a la disminución de las preocupaciones por una recesión mundial y al mayor movimiento en las importaciones chinas del grano, aumentaron los precios en mas de un 6%. Además, el cereal apuntaló subas por previsiones de disminución en la producción tanto de Argentina, en donde las estimaciones para la siembra se recortaron debido a la continua sequía en algunas regiones, como de Ucrania, donde la producción de granos se estima que caiga 50 Mt este año. Las ganancias se vieron limitadas por la cosecha temprana de Francia de trigo blando, que se completó en un 14%, frente al 5% de la semana anterior; y por la de Brasil, que se estima en 9 Mt en 2022, sembrando la mayor área para este cultivo en los últimos 32 años.
Maíz
El maíz también subió para alejarse del mínimo de siete meses tocado esta semana. El mercado del grano amarillo operó al alza por los pronósticos de clima seco en el Medio Oeste estadounidense, que afectan el período crítico de desarrollo del cereal y su rendimiento; como así también por la disminución de las preocupaciones macroeconómicas. Las ganancias aumentaron casi un 5%, aunque se mantuvieron bajo control por la escasa demanda de exportación en Estados Unidos, que totalizó 44.800 toneladas, por debajo de las estimaciones de los analistas que oscilaban entre 200.000 y 800.000 toneladas.
Soja
La oleaginosa terminó en positivo acompañando la tendencia, en principio porque los cultivos se estimaron en condiciones inferiores a la semana anterior y por debajo de las expectativas del mercado, lo que ocasionó subas en los precios. Pero además, un dólar más débil sumado a un repunte en los precios del petróleo crudo, agregaron presión alcista. Por su parte, se mostraron compras de oportunidad tanto en el poroto como en sus derivados, dados los precios bajos mostrados esta semana, lo que promovió las ganancias. Por último, la pobre demanda de exportaciones estadounidenses limitó la fortaleza de la soja, con compradores extranjeros concentrados en los productos sudamericanos.