La suba de 12% en el costo del gasoil tendrá un leve impacto de segunda ronda en el precio de los alimentos. Es decir, será visible en la presión que ejercerá sobre los costos de la producción del agro. Además de un desembolso adicional de $12.000 a $15.000 millones por parte de los productores para absorber este incremento del combustible, los contratistas que realizan tareas de cosecha y siembra ya analizan aumentar las tarifas por sus servicios en los próximos días.
El director de Eco Go, Sebastián Menescaldi, explicó que el incremento en el precio del gasoil se refleja de manera más directa en las cadenas de valor agropecuaria y de transporte. "En las familias, el impacto es indirecto, porque el consumo de este combustible es bajo", señaló. Según un estudio de la consultora, su incidencia en el precio final de los alimentos es de 1,6%. El rubro de mayor peso es el de insumos industriales, con 48,1%; seguido por comercio, con 21,1%; e impuestos, con 15,8%.
Por el lado de los transportistas de carga, remarcaron que no son formadores de precios. La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) advirtió que, según la distancia y el tipo de producto, la incidencia del flete en el precio final de un bien es de 2% a 4%. "No es correcto que si el flete aumenta 30% se traslade ese incremento de forma directa al azúcar, el aceite o la carne", explicó el titular de la entidad, Roberto Guarnieri, en un reciente informe publicado por la entidad.
La suba anterior del combustible que se registró en mayo, que promedió un 9% en todo el país, tuvo un fuerte traslado a los precios del transporte de cargas, que aumentó sus valores en un 10,6%. De continuar esta tendencia, el incremento de los fletes terrestres para junio será aún mayor.
Para el resto de la campaña gruesa 2021/22, las bolsas privadas estimaron que el campo consumirá entre 800 y 1.000 millones de litros de gasoil. Queda por cosechar más de la mitad de superficie sembrada de maíz, además del transporte posterior de esos granos al puerto. En este contexto, el incremento en los surtidores pega de lleno en los contratistas rurales.
El espacio que nuclea a este sector, la Federación Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola (Facma) adelantó que en los próximos días llevarán a cabo un relevamiento, para definir el porcentaje de incremento en sus tarifas. El piso del reajuste oscilará entre un 6% y 10%. "El contratista es el más perjudicado por esta situación, y detrás de esta suba en el gasoil también habrá incrementos en los fletes", remarcó Jorge Scoppa, presidente de la entidad.
Para las labores de cosecha de maíz, la tarifa actual establece un valor de $14.436 por hectárea, tomando como base un rinde de 7.000 kilos por hectárea. Ahí a incidencia del gasoil es de casi 20% y se toma como base un equipo de trabajo que cuenta con dos cosechadoras y dos tractores con tolva, para el almacenaje de los granos.
Por Andrés Lobato