Un consorcio científico de investigadores del Conicet, universidades, institutos médicos y laboratorios logró la aprobación de un protocolo clínico para aplicar en humanos la ivermectina, una droga muy extendida en medicina veterinaria que logró contener el COVID-19 en ensayos de laboratorio.
Según pautas de trabajo establecidas, los científicos convocarán a 45 pacientes voluntarios afectados por la enfermedad y les suministrarán dosis de la fórmula que se usa para el control parasitario en animales desde hace 40 años, pero que también se comercializa en farmacias para tratamientos contra los piojos en niños y adultos.
El "manual de procedimiento" pasó las pruebas rigurosas del Comité de Bioética del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (Cemic), y la semana pasada obtuvo la aprobación de la Anmat. Ésta semana comenzó la convocatoria de voluntarios.
Las personas incluidas en la experiencia científica deberán firmar un formulario de consentimiento (también avalado por el comité de ética médica) y no tendrán que exponerse a prácticas invasivas.
"Ellos recibirán dosis controladas de la droga para verificar su éxito en el organismo. El fármaco está formulado en comprimidos o tabletas. Solo les pediremos más análisis o hisopados, para estudiar la evolución del virus atacado por la ivermectina", explicaron los responsables de la iniciativa.
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Hace un mes, un informe de la Universidad de Monash, en Melbourne (Australia), reveló que este medicamento mató al virus en menos de 48 horas. El descubrimiento provocó gran impacto en el mundo científico y derivó en una rápida reacción de especialistas locales que trabajan desde hace años con la ivermectina.