Los constantes miedos en torno a la seguridad alimentaria de Indonesia se agravaron luego de que la llegada de la COVID-19 pusiera en jaque el ingresos de varios productos básicos. Debido a su gran dependencia de la importación de azúcar, arroz, maíz, carne, entre otros; el archipiélago asiático comenzó a tomar medidas para amortizar el impacto del virus.
Si bien en Indonesia existen históricos reclamos de autosuficiencia, la demanda interna del país se satisface casi exclusivamente de las importaciones y los informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destacan que año a año la producción propia de ese país se contrae.
Las restricciones que devinieron de la pandemia complicaron las cadenas de suministro poniendo a Indonesia nuevamente contra la cornisa. Para evitar la inminente crisis alimentaria, el gobierno indonesio está flexibilizando las normas sobre las importaciones de algunos productos. Entre ellos, carne argentina.
Según Reuters, Indonesia emitió permisos para importar 20.000 toneladas de carne de res de Argentina o Brasil que serán importadas a través de las empresas estatales PT Berdikari y PT Perdagangan.
La situación que atraviesa el archipiélago asiático es tan compleja que se podría esperar que continúen dejando atrás barreras a la importación para poder garantizar el abastecimiento de alimentos