Investigaciones en torno del aprovechamiento energético de los residuos agrícolas mantienen ocupados a los integrantes de la sección Ingeniería y Proyectos Agroindustriales de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), a cargo de Dora Paz. Informaron que desde la institución, se están llevando adelante diversos trabajos relacionados con la temática, que luego son difundidos entre el sector productivo.
"Actualmente, la biomasa residual proveniente del cultivo del limón -poda y renovaciones de quintas- no es aprovechada energéticamente. Debido a ello, estamos estudiando las características energéticas de este residuo, para utilizarlo como combustible renovable en calderas de biomasa para el autoabastecimiento de la propia industria citrícola", explicó la técnica de la Eeaoc Gisela Díaz durante el curso "Aprovechamiento energético de la biomasa residual, experiencias en Brasil", que se brindó la semana pasada a productores y a técnicos.
Desde La Gaceta, informaron que este curso estuvo a cargo de Suani Coelho, coordinadora del grupo de investigación en Bioenergía (GBIO) de la Universidad de San Pablo (Brasil). Coelho es ingeniera Química, Master y Doctora en Energía de la mencionada universidad. Integró el grupo asesor del secretario General de las Naciones Unidas sobre Energía y Cambio Climático; y en diversas ocasiones se desempeñó como experta en bioenergía para proyectos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, entre otros.
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En estas jornadas se presentó el proyecto internacional "Aprovechamiento energético del cultivo de citrus", financiado por el Fondo Fiduciario Pérez Guerrero, del Programa de Naciones Unidas. Esta iniciativa cuenta con la participación de tres países: Cuba -por medio del Centro de estudio de Tecnologías Energéticas Renovables de la Universidad de La Habana-, Brasil -mediante el GBIO-, y la Argentina -por medio de la EEAOC-.
Cabe destacar que en el presente, la mayoría de las citrícolas son altamente dependientes del gas natural y de la red eléctrica. Sólo algunas plantas cuentan con calderas de biomasa, pero utilizan otras materias primas para su funcionamiento -entre otros, chips de eucalipto-, en vez de usar su propia biomasa. El objetivo de estos estudios es reemplazar el uso de gas natural en las citrícolas por una fuente de origen renovable -podas y renovaciones de plantas-, para producir su propia energía, tanto térmica como eléctrica, lo que además disminuiría la huella de carbono de sus productos.