Las condiciones ambientales que se registran durante todo el ciclo, y no sólo durante la etapa de desarrollo de la producción, continúan siendo uno de los factores condicionantes en el éxito de la campaña citrícola. Así lo indicó el director Asistente de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), Hernán Salas.
"En esta próxima pasada, resulta imposible no hacer mención al retraso del inicio de la cosecha, que se produjo debido a las abundantes precipitaciones que se dieron en marzo, abril y mayo. Estas provocaron un marcado deterioro de infraestructura -callejones, caminos, playas de carga- y generaron altas condiciones para infecciones de poscosecha de distintos patógenos", continuó.
Subrayó, además, que debido a que no se iniciaba la cosecha, la fruta siguió su evolución en la planta, alcanzando calibres superiores a los aptos para la exportación. "Hubo pocos lugares donde se pudo cosechar a tiempo, lo que permitió que se exporte a Rusia y a Estados Unidos. Sin embargo, el mercado de mayor volumen, la Unión Europea, aún tenía grandes volúmenes de fruta proveniente de España lo que dificultaba la comercialización optima del limón argentino", puntualizó.
Volúmenes
En lo que respecta a la producción, Salas precisó que la actual campaña cumplió ampliamente con las expectativas. "Aproximadamente 1,2 millón de t fueron procesadas en la industria tucumana; el volumen exportado como fruta fresca superó las 230.000 t", dijo. Según añadió, el mercado interno suele absorber algo más de 100.000 t. "De acuerdo a estimaciones de técnicos y de productores, en el campo habrían quedado sin cosechar algo más de 200.000 t de baja calidad -por tamaño, color o sanidad-, que se terminaron perdiendo por falta de oportunidades de comercialización", lamentó.
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En cuanto a los precios, señaló que en la etapa inicial de la campaña generaban alguna expectativa. "Sin embargo, con el transcurrir de los días, la situación empeoró y el esperado repunte que se preveía para el final, nunca llegó, agudizando más aun la difícil situación del sector. Esto obedeció a un año de gran producción en todos los países productores del hemisferio norte", explicó.
Con este inmediato antecedente, Salas dijo que el productor deberá recurrir a una verdadera ingeniería para diseñar una estrategia adecuada para la campaña en curso. "Pensar en un esquema de reducción de gastos para producir puede resultar muy peligroso, ya que se podrían ver afectados tanto los aspectos cualitativos como cuantitativos", alertó.
Añadió que la gran producción también demandó una buena cantidad de nutrientes, por lo que, a su criterio, sería conveniente compensar al cultivo en forma adecuada. "En cuanto a la calidad, es sin duda el mayor desafío procurar elevar su porcentaje de manera de mejorar la ecuación final. Las enfermedades cuarentenarias como cancrosis y mancha negra requieren del mayor rigor posible para su manejo mediante las pulverizaciones y tareas culturales como poda y limpieza de tejido seco", dijo.
Para finalizar, Salas indicó que la producción del hemisferio norte tendría una importante caída para la próxima campaña. "España, Turquía y Estados Unidos anunciaron una marcada disminución de sus cosechas. También se sabe que la sequía está causando importantes pérdidas en México y en Chile. Esto sin dudas debería aprovecharlo la Argentina para recuperar su lugar en los mercados y alcanzar nuevamente los buenos negocios", consideró.
Fuente: La Gaceta