Analía Esperón es cuarta generación de productores ganaderos por parte de su madre- María Elena Martínez-, pero además es patrón fluvial, algo que heredó de la familia de su padre. "Mi abuelo falleció en un barco de madera porque se rompieron los corrales", recuerda Analía que también es delegada de la Sociedad Rural por San Nicolás.
En el marco de La Rural 2019, Agritotal.com dialogó con la mujer que rescata el ganado en zonas inundadas. Allí nos detalló en qué consiste la actividad y su experiencia al mando de un barco.
Para empezar, la experta nos cuenta que el transporte fluvial consiste en el traslado en barcos ganaderos en áreas inundables. Ella desarrolla la actividad en la zona del Delta media que acapara parte de la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.
Analía estuvo en contacto con el río desde muy pequeña ya que nació en el Delta y su padre la llevaba a navegar. Actualmente maneja un buque de carga con capacidad de 200 toneladas, en el que no sólo traslada el ganado sino también maquinaria.
"La práctica agrícola ha desplazado la ganadería a este sector más marginal", dice la referente de una actividad que tuvo su pico máximo en el 2008 con el boom de la soja. "Si bien se puede llevar mucha carga, la navegación es muy lenta", agrega.
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Pero no es la única en su familia que dedica su tiempo a la navegación, su mamá aún hoy con 65 años sigue al mando de un barco. Sin embargo no abundan las mujeres es el rubro, "lamentablemente son pocas y eso está relacionado a la falta de rentabilidad y a que no están dadas las condiciones para explotar la actividad".
En relación a las falencias que debe enfrentar hoy un patrón fluvial, Esperón explica que no hay políticas que afiancen la zona, "tampoco hay medidas migratorias, por cuestiones relacionadas a la seguridad vial, la conectividad y la falta de un ordenamiento territorial", esas son las cuentas pendientes que el Estado debería resolver, a través de la incorporación de radares y haciendo relevamientos con imágenes satelitales.
Brindar este servicio en períodos de inundación se vuelve una tarea difícil sobre todo porque no hay cartas naúticas, "se accede a las rutas por el conocimiento heredado y de estar cada día en contacto con el agua, porque con cada inundación cambia la morfología del río", sostiene la especialista que reparte su vida entre la gandería a pastizal y el transporte fluvial, "sus grandes pasiones".