Un brote devastador de peste porcina africana que ha matado a millones de cerdos en China está cambiando las costumbres en un país cuya higiene en las granjas a menudo se considera laxa, según las normas internacionales.
Según un cable de la agencia Reuters, desde las granjas hasta las fábricas de piensos y el transporte, las personas dedicadas a la industria porcina afirman que la bioseguridad se ha reforzado, con la venta de desinfectantes y la limpieza de camiones en auge, a medida que los granjeros tratan de defenderse del virus.
La propietaria de la explotación ganadera Ma, cuya granja de cuatro mil cerdos fue visitada por Reuters el año pasado, afirmó que está desinfectando dentro y fuera de las granjas de cerdos cada dos días, en lugar de una o dos veces por semana.
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Epidemia
Este cambio de mentalidad se está produciendo a medida que la enfermedad -que no es perjudicial para las personas pero mata a casi todos los cerdos que infecta- está llegando a todas las provincias del país. El problema es que no tiene cura ni tampoco vacuna, que es lo que obliga a modificar los hábitos sanitarios.
Los datos oficiales de junio publicados la semana pasada muestran que el stock porcino de China, que hace un año sumaba más de 400 millones de cabezas, se redujo en más de una cuarta parte. Algunos expertos de la industria afirman que estas cifras podrían ser mucho más altas.
Un obstáculo adicional es que la peste porcina africana, que se propaga a través de la sangre, las heces y otros fluidos, puede durar meses en las superficies de las granjas o en equipos que no han sido limpiados adecuadamente.
Fuente: AgroVoz