En los comienzos de la campaña de fina, las empresas y en especial el sector oficial, auguraban un crecimiento exponencial del área triguera, apalancada por los precios y la buena cosecha gruesa que estaban cerrando los productores. Sin embargo, el clima complicó esas previsiones, y si bien el área cerraría con un crecimiento respecto de 2018, el salto no sería tan pronunciado.
Desde FMC apuntaron a que los mayores excesos de humedad limitaron el área de implantación y en zonas como el norte del país se habla de un 25 al 30% de reducción del área. Paralelamente, en el sur de la provincia de Buenos Aires el clima obró de forma distinta y obligó a un retraso notorio en la siembra.
Para el Ingeniero Agrónomo Matías Retamal, Product Manager de Fungicidas de FMC, el nuevo contexto viene obligando a los productores a cambiar las estrategias ya delineadas. "En general vemos que han tenido o tendrán que cambiar de materiales porque se les ha estrechado la ventana de siembra; y siempre que un productor elige un cultivar lo hace considerando las condiciones de clima, de ambiente y la incidencia de enfermedades, haciendo foco especial en el rendimiento. Al cambiar de material, es posible que algunas de esas variables se estén desatendiendo y el cultivar elegido tal vez no tenga el perfil sanitario más adecuado para la zona en que se implante. Aquí puede haber, entonces, más susceptibilidad a posibles patógenos", alertó.
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En la Argentina, ningún productor agrícola deja de presupuestar en su margen bruto, como mínimo, una aplicación de fungicida en trigo y dos en el cultivo de cebada. De todos modos, Retamal recuerda la necesidad de "apelar a un monitoreo exhaustivo a fin de determinar la incidencia del patógeno y la severidad en el cultivo en cuestión, antes de definir el producto y dosis. Debemos aplicar con sustento técnico y con esta práctica podremos evitamos la resistencia tan temida", comento.
FMC tiene en su portfolio de productos a Rubric Max, una interesante mezcla de estrobirulinas y triazol, con el mayor contenido de principio activo entre los productos de la competencia, ya que posee entre un 20 a un 30% mas de estrobirulina, lo que le da mayor persistencia en la hoja y un 20% mas de triazol, proveyéndole una mayor contundencia curativa, lo que cobra suma importancia ante situaciones de alta severidad de enfermedades foliares. Especialmente indicado para hacer frente al complejo de Royas y Manchas del Trigo. Por su parte, en el cultivo de cebada controla Mancha en red, Roya de la hoja de la Cebada y Mancha borrosa de la Cebada. Retamal recordó que la dosis a aplicar "es de 400 a 500 cm cúbicos, pero dependerá de la incidencia y la severidad del ataque. También indicamos aplicar al aparecer los primeros síntomas", dijo.
Asimismo, FMC cuenta con el fungicida Nanok cuyos principios activos (Azoxistrobina y Flutriafol), le otorgan alto poder de absorción y movimiento vía xilema y translaminar. Tiene alta persistencia y controla un amplio espectro de enfermedades fúngicas.