La posibilidad de que Argentina exporte ganado en pie a Turquía viene generando algunos roces entre los actores de la ganadería. Sectores de la industria ven con preocupación esta cuestión, y viene siendo uno de los temas sensibles entre los miembros de la Mesa de Ganados y Carnes, aunque la discusión concreta aún no ha podido darse en ese ámbito.
Así lo revela el coordinador técnico de la Mesa, el consultor privado Fernando Canosa, que advierte que todavía no se pusieron sobre la mesa las opiniones a favor o en contra, pero presupone que las habrá, ya que es una temática que aborda los intereses de diferentes eslabones de la cadena.
Según Canosa, esto surge porque, ante un bajo precio de ternero, se ve una alternativa de poder mejorar con la exportación de ganado en pie, poniendo como ejemplo lo que pasa en Uruguay o en Brasil.
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"En general, la idea es que haya libre comercio y cada uno venda lo que le conviene, pero sin dudas es algo que afecta a la industria, ya que se vendería materia prima que no pasa por ese proceso, pero también está el criador que, si no tiene un precio acorde, no va a tener más ternero; es un típico conflicto de intereses", comenta.
El presidente de la Unión de la Industria Cárnica Argentina, Jorge Torelli, reveló a Agritotal que desde la entidad lo ven con preocupación, porque esto significaría quitar hacienda que presumiblemente podría ir a engorde dentro del país, para que lo haga en Turquía. "Ahí se engorda seguramente con maíz argentino pero en otro país del mundo, dando trabajo a otros ciudadanos que no son los argentinos", explica.
Así, quien además es vicepresidente del IPCVA, resalta que está en desacuerdo con esta posibilidad y sostiene que Uruguay no ha tenido experiencias positivas al exportar ganado en pie. "Por eso, la industria uruguaya está sufriendo mucho, y ya se ve el detrimento que genera esto no sólo para los frigoríficos sino también para la generación de empleo".
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Para él, si Argentina pudiese aumentar el stock a 60 millones de cabezas, tuviese la industria bien abastecida, con su capacidad operativa cubierta al 85%, no tendría por qué oponerse a que se exporte ganado en pie, algo que seguramente mejorará la situación para algunos productores que puedan fijar mejor los valores para el precio de plaza. Pero en este caso, destaca que "están en juego los puestos de trabajo de ciudadanos argentinos", y por eso se opone.
Si bien Canosa admite que los argumentos de la industria son claros y ciertos, también se pregunta por qué tanto la invernada como el gordo valen más en Uruguay, y responde que es así porque la industria es quien está pagando más. "Se están quedado con algo que no le dan al productor", explica.
Como conclusión, quien coordina la Mesa de Ganados y Carnes advierte que esto es como si de repente no se pudiese exportar más poroto de soja y hubiese que industrializarlo antes. "Las fábricas de aceite estarían perfectas", dice, pero en la realidad lo que ocurre es que hay mercados como el de China que exigen comprar poroto de soja para industrializarlo en su país, y es algo lógico en las negociaciones. Para él, se trata de un juego permanente de intereses que se lo va a llevar el que, en última instancia, pague mejor.