Según datos del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en marzo de este año se consumieron 59,2 kilos per cápita en el país. Además, se estima que solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires conviven cerca de 10.000 carnicerías y, a su vez, se calcula que el 75 por ciento son pequeños comercios, mientras que el restante 25 por ciento corresponde a supermercados.
Dentro de este amplio universo, se encuentra la cadena RES, que entre todos sus locales comercializa aproximadamente 400.000 kilos por mes.
Lee también Tras un operativo, secuestran carne vacuna, de pollo y de cerdo
"Demanda no falta. Solo hay que competir con una estrategia de valor diferencial", dice el dueño de la firma, Omar Onsari, a lo que agrega que al modelo de comercialización que hay en la Argentina le falta algo ya que existían, por un lado, los supermercados y, por otro, las carnicerías de barrio, que no han evolucionado ni modificado demasiado su funcionamiento a lo largo del tiempo.
En su búsqueda por ofrecer productos alternativos al público, la empresa se contactó con el área de Tecnologías de Alimentos del INTI. La vinculación llevó a la formulación de diferentes propuestas pensadas para el consumidor.
Lee también Tecnología y educación, las claves para la agricultura en Latinoamérica
"Tras experimentar distintas alternativas, se llegó a un producto listo para la venta como carne cruda cortada a cuchillo ya marinada con hierbas, preparada para agregar a la sartén o al horno, y que con una guarnición deja un producto listo para consumir", comenta Mariana Sánchez, quien lidera los desarrollos de productos vinculados a alimentos en el INTI.
A este se le suma un pastrón también listo para una cocción rápida. Erica Stacey, subgerenta del área de Tecnología de Alimentos destaca que, "ahora, la apuesta es continuar con nuevos desarrollos en conjunto con RES, y lograr que este producto llegue no solo a Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, sino también a cada punto del país".