Basta una recorrida por la planta marplatense de una firma líder en producción de snacks en Argentina y el mundo para entender que, detrás de eso, hay uno, cientos o miles de productores agropecuarios generando la materia prima.
Mientras las máquinas demuestran el paso a paso que no vemos cuando abrimos el paquete y nos quejamos de esa cantidad de aire que sirve, en silencio, para que las papas no se hagan polvo, los camiones siguen entrando.
Pero ¿de dónde vienen?
De un establecimiento cercano a Mar del Plata y cuya existencia todavía no se conoce a nivel nacional: el Parque Papas. En 2002 Argentina vislumbraba una demanda sostenida de la producción de papa para proveer a la industria. Por eso, Walter Hernández, que hasta ese momento era conocido por ser uno de los campeones más jóvenes de Turismo Carretera, decidió continuar con la tradición de su familia y producir papas.
Para eso, instaló este establecimiento modelo en Nicolás Otamendi, que no era lo que es hoy, pero que fue creciendo de a poco, hasta que pudieron consolidarse en 2010 en producción y almacenamiento de semilla propia para autoabastecerse y proveer a terceros.
A los seis años, ampliaron horizontes y comenzaron a producir, lavar y acondicionar papa para el mercado de consumo. Hoy, el Parque Papas produce y almacena papa-semilla y papa para la industria, además de proveer al mercado de papa fresca y lavada.
Casi el 100% de su producción se destina a PepsiCo, firma con la que trabajan desde hace muchos años. Se produce ahí una variedad especial patentada para abastecer a la firma internacional, que se basa en una forma bien redonda para asegurar papas de igual tamaño dentro del pack que conseguimos en kioscos, supermercados y almacenes de todo el país.
Tecnología
Ya no tienen gente cosechando la papa del suelo, sino que mecanizan el proceso de recolección y se encargan de capacitar en el uso de esas máquinas a los trabajadores del lugar. La tecnología fue una herramienta fundamental que permitió reducir considerablemente los golpes que sufrían las papas, lo que después ocasiona las conocidas manchas negras en el producto final.
Ese se volvió un atractivo para la gente joven, que si bien tiene una tendencia creciente a migrar a las ciudades, prioriza la tecnología que irrumpe en el campo. "Los millennials eligen la tecnificación", explican las autoridades, que revelan que -por ejemplo- el Parque utiliza drones para detectar según la coloración algunos problemas vinculados a la mala fertilización.
La compañía no financia con dinero la adquisición de tecnología concretamente, pero sí ayuda a incorporar innovación y después el establecimiento lo retribuye con su producción.
Hoy el Parque marca tendencia en el rubro y delimita el camino a todos los productores de la región, dejando la vara alta acerca de las tecnologías y técnicas productivas empleadas. Para eso, la sustentabilidad y las buenas prácticas son dos banderas levantadas.
Con una siembra de 1.000 hectáreas de producción propias y otras 500 que recibe de Tucumán, Tandil, Necochea, Saladillo y 25 de Mayo, el Parque abastece a PepsiCo en un 40% de lo que requiere para la producción del snack.
Agua reciclada
Tras cosechar y almacenar las papas, llegan en tolvas al proceso de lavado, y usan una tecnología que permite reciclar hasta el 80% del agua. No es aún el 100 porciento porque para el enjuague final se utiliza agua limpia, pero esperan poder instalar dos nuevos piletones para finalmente reciclar toda el agua usada.
Después de lavarlas y secarlas, las papas van a una mesa de inspección en la que ocho personas sacan las papas defectuosas, para cargarlas nuevamente en los camiones, y en bolsas -a granel- parten hacia la planta.