Investigadores del INTA Balcarce -Buenos Aires- avanzan en la industrialización de la papa andina nativa como chips de papas fritas. Con el desarrollo de este producto innovador con identidad regional, buscan agregarle valor a un cultivo ancestral que se destaca por su alto valor nutricional y cualidades organolépticas superiores.
"Es la primera tirada experimental de papas andinas nativas en una planta industrial, perteneciente a la empresa Gauchitas de Balcarce, donde se logró llegar al envasado para consumo y degustación del producto con reconocidos chefs argentinos", explicó Sergio Feingold, Coordinador del Programa Nacional de Biotecnología y responsable del Laboratorio de Agrobiotecnología de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Balcarce del INTA.
Con la identificación de genotipos de alto valor industrial, organoléptico y nutricional para la provisión de papa semilla, "se comenzó la multiplicación para poder entregarlos a los productores". El equipo que lidera la empresa estima un volumen de producción de 5.000 kilogramos por hectárea, a partir de producir entre 60 y 80 mil semillas para distribuir entre productores en la campaña 2019/2020.
De ahora en más se buscará capacitar a productores locales introduciendo mejoras en riego, fertilización y otras prácticas de manejo del cultivo optimizadas en la EEA Abra Pampa y en el IPAF NOA de Jujuy para incrementar su producción y sostenibilidad.
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Según Feingold, esta industrialización que llega después de 8 años de investigación, "demandó caracterizar y multiplicar unos 120 genotipos de este cultivo andino en su gran mayoría provistos por el Banco de Germoplasma de papa y forrajeras de Balcarce, entre los cuales se seleccionaron los genotipos de mayor calidad nutricional e industrial que se multiplicaron a fin de alcanzar un número de tubérculos para ser distribuidos como ?papa semilla' entre los productores", indicó.
La multiplicación de papa semillas se llevó a cabo en Jujuy durante la campaña 2018/2019, en condiciones cuidadas de la producción en cuanto a sanidad, con riego por goteo y con prácticas de rotación y fertilización que determinaron que el rendimiento logrado fuera varias veces superior al rendimiento medio de las variedades locales en la región.
Una parte de esta producción fue transportada a Balcarce para generar un prototipo de producto industrializado en la planta de Gauchitas y distribuido entre referentes gourmet y decisores políticos a nivel institucional y provincial, con el objetivo de avanzar en la producción comercial a partir de la próxima cosecha en 2020.