La certificación fitosanitaria del poroto alubia que se exporta facilita el posicionamiento de nuestro país en el mercado internacional. El Senasa verifica que se cumplan los requisitos exigidos por los países compradores en cuanto a la ausencia de plagas y la calidad del producto, lo que permite que los porotos alubia argentinos lleguen a los consumidores de distintos países.
El último eslabón de control es el depósito fiscal donde agentes del Senasa verifican la documentación que acompaña el envío y realizan la certificación de los granos. "Una vez que arriba el camión, se inspecciona la mercadería. Revisamos la sanidad y calidad de las partidas. Para verificar la condición del poroto, el inspector actuante cala una determinada cantidad de las bolsas y toma una muestra de un 5% promedio del total de la mercadería. Si está todo en orden se procede a la carga para la exportación", explicó el Jefe de Puerto Nuevo de la Regional Metropolitana del Senasa, Gabriel Andión.
"En caso de que detectemos que la mercadería no está apta, se confecciona un acta, se rechaza la partida y el camión vuelve a destino para su reacondicionamiento. También verificamos que el contenedor donde se transportará la carga esté sano, seco y limpio", señaló.
Por su parte, el presidente de la terminal Carestiba del Mercado Central de Buenos Aires, Julio César Motta, señaló que "al Senasa le damos todo el apoyo para que realice su tarea: la instalación edilicia, cumplir las reglas, dar los instrumentos, la gente y las maquinarias para que sus agentes puedan realizar su labor. Nuestra idea es brindar a los importadores y exportadores las herramientas para que puedan cumplir con su tarea".