Finalmente, el electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no asistirá a la Cumbre de Líderes del G20 que se realizará la semana que viene en la Ciudad de Buenos Aires. Fue invitado por el actual mandatario Michel Temer, pero decidió no concurrir al encuentro.
Bolsonaro fue electo el 28 de octubre y pocas horas después su futuro ministro de Economía, Paulo Guedes, anunció que su primer viaje oficial será a Chile, Estados Unidos e Israel, dejando de lado la tradición de los nuevos gobernantes brasileños de viajar primero a Argentina.
"El comercio internacional es un tema que le preocupa al gobierno brasileño, es de extrema relevancia" y será uno de los ejes que serán tratados por Brasil en Buenos Aires, dijo Luiz Cesar Gasser, director del Departamento de Asuntos Financieros y Servicios del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Justamente, hoy la futura ministra de Agricultura designada por Bolsonaro, Tereza Cristina, exigió cambios profundos en el Mercosur y advirtió que si estos no ocurren Brasil puede abandonar el bloque regional.
"Necesitamos ver nuestros intereses, Brasil intenta fortalecer al Mercosur al decir lo que quiere" pero si sus planteos son desoídos "en un caso extremo Brasil sale", declaró Tereza Cristina.
El grupo sudamericano "no puede continuar como está porque es desventajoso para nosotros", señaló la colaboradora del presidente electo Bolsonaro.
"El mundo es muy rápido y dinámico, ya es hora de rever al Mercosur sin dejar el protagonismo de Brasil y sin dejar de tener relaciones con nuestros vecinos", opinó Tereza Cristina, una dirigente vinculada al agronegocio, durante una entrevista publicada en el diario O Globo.
Los dichos de la próxima ministra de Agricultura coinciden con las declaraciones formuladas hace tres semanas por el próximo "superministro" de Economía, Paulo Guedes, quien señaló que el Mercosur no será una "prioridad" del gobierno entrante.
Guedes aclaró sin embargo que el Brasil de Bolsonaro "no romperá ninguna relación comercial" pero calificó al bloque fundado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay como una "prisión cognitiva" porque impide comerciar unilateralmente con otras regiones.