La Secretaría de Gobierno de Agroindustria, a través de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario, realizó inspecciones integrales en establecimientos del sur de Santa Fe, donde se detectaron graves infracciones a la normativa vigente, hubo inhabilitaciones y se retuvieron casi 3000 toneladas de granos.
En la localidad de Bombal se inspeccionó la planta de una importante aceitera de la zona. Durante la auditoria se contaron innumerables faltas a las normativas que regulan la actividad, que atentan contra los parámetros de trazabilidad de granos y subproductos establecidos en la normativa vigente.
No registraba las salidas de grano a producción en todo el año 2018, no registraba ni declaraba el grano ni los subproductos de un importante usuario de industria de la localidad cordobesa de Jesús María que opera en la planta. Se constató un faltante de 8.000 toneladas de soja que la firma no pudo explicar si salió de la planta procesada o en ventas de soja a granel. Además, se constató que mezclaba la mercadería en existencia en los registros sistémicos de las dos actividades que realiza y presentaba graves inconsistencias entre los mencionados sistémicos y las DDJJ de movimientos de granos. El hecho motivó suspensión de la titularidad de las más de 2.700 toneladas de soja y girasol halladas en stock hasta tanto la firma regularice la grave situación en la que la encontró operando.
En Los Quirquinchos, por otra parte, se clausuró una cerealera a la que se halló cediendo su matrícula a un tercero, el propietario de la planta, desde junio de 2017. El explotador actual, sin matrícula del Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (RUCA), prestaba servicio de almacenamiento a dos firmas que le entregaban mercadería sin ninguna clase de documentación de respaldo. El hecho motivo la interdicción de casi 300 toneladas de soja, maíz y trigo.