En un país agroexportador, analizar los grandes flujos de datos que genera cada tonelada de carne y de granos producida parece una meta difícil, pero no inalcanzable. Según el Inta, en los próximos veinte años, la agroindustria argentina se centrará en mejorar los sistemas de innovación para abastecer mercados con consumidores que son cada vez más exigentes y responsables.
Con miras al 17° Curso Internacional de Agricultura y Ganadería de Precisión, un reciente estudio del Inta Paraná, Entre Ríos, analizó los cambios en la adopción de la agricultura de precisión en Argentina, y reveló que el 66% de los usuarios de agricultura de precisión (AP) procesa la información obtenida a partir de herramientas, tales como las imágenes captadas por drones o los mapas topográficos.Al respecto, Ricardo Melchiori, investigador del Inta Paraná, señaló que, a partir del relevamiento que hicieron del conocimiento de las herramientas y prácticas de la AP, se observaron "diferencias notables" respecto a un análisis similar realizado hace cinco años. En este sentido, detalló que "entre las herramientas que evidenciaron un mayor incremento se destacan el uso de los drones, los sistemas de corte automático en sembradoras y en pulverizadoras.
También, los sensores de malezas y los mapas de suelo". A pesar de estos avances, entre las limitantes para el acceso, desde el Inta destacan el costo de las herramientas y técnicas con, incluso, mayor incidencia que hace cinco años. Suponen que se trata de un factor que, posiblemente, esté asociado a la baja en la las relaciones de precios de los granos respecto al valor de las técnicas, aunque es un aspecto que debe ser profundizado.
