No es un buen momento para hablar de pérdidas o de lo que se podría haber ganado si no fuera por el impacto climático. En esta semana, que más de un productor agropecuario recordará por el anuncio del regreso de las retenciones, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (Bcba), informó que finalizó la cosecha de maíz con destino grano comercial en todo el país. El volumen final recolectado se ubicó en 31 millones de toneladas, 20,5% menos con respecto al ciclo 2016/17 y 2,5% más con respecto al promedio de los últimos cinco años.
Un aspecto no menor en lo que respecta a la campaña de maíz 2017/18, es como impactó la
sequíaen el complejo maicero. De acuerdo al análisis de la Bcba, el déficit hídrico arrojó pérdidas en valor agregado por US$ 1.690 millones y US$ 532 millones por
exportaciones. En sintonía con el descenso, la
sequíaafectó severamente la contribución al Producto Interno Bruto (PIB), que mostrará una reducción de US$ 7.691 millones respecto del nivel que hubiese alcanzado si se cumplían las estimaciones iniciales. De esta manera, durante el 2018 Argentina verá disminuido su crecimiento en 18% como consecuencia del déficit hídrico considerando sólo el maíz.
Con respecto a aspectos productivos, el rinde medio nacional que arrojó el último ciclo, fue de 60,1 qq/ ha, muy por debajo de los promedios registrados durante las últimas campañas, producto del déficit hídrico relevado durante el período crítico del cereal. De acuerdo a los cálculos de la Bcba fue 20,1qq/ha inferior a lo registrado en la campaña anterior.
Por otro lado, la superficie perdida durante el ciclo 2017/18 alcanzó las 230.000 hectáreas sobre la proyección de siembra de 5,4 millones de hectáreas, que resultó 35% mayor al promedio de área de los últimos cinco años. En este contexto, cabe recordar que hace un año, cuando la Bcba presentó las proyecciones para la campana gruesa 2017/18, las estimaciones para el maíz eran de 41 mill/tn, por lo cual se perdieron gradualmente a partir de febrero 10 mill/tn. De acuerdo a la Bolsa porteña, las regiones más afectadas fueron Córdoba, núcleo norte, sur y centro este de Entre Ríos.
Alerta
En cuanto a la campaña fina 2018/19, los analistas señalaron que la falta de precipitaciones sobre las regiones del norte del país provocó una disminución en la condición del cultivo de aquellos lotes de trigo que transitan etapas reproductivas.
Al respecto, advirtieron que el 42,5 % de las 6.100.000 hectáreas implantadas con el cereal presentan un estado hídrico entre regular y sequía, y de no registrarse nuevas precipitaciones durante las próximas semanas, el potencial de rendimiento podría verse afectado.
Mientras que el trigo sembrado en Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa mantiene un buen estado, y las expectativas de rendimiento son superiores, aunque la mayor proporción de lotes todavía se encuentra diferenciando macollos.