Para la producción agropecuaria salteña, las retenciones a las exportaciones son una mala noticia. "Son un mal impuesto, que desalienta la inversión", sentenció el presidente de la Sociedad Rural Salteña, Lucas Elizalde. "Es pan para hoy, hambre para mañana", agregó, en diálogo con El Tribuno.
"Nuestra esperanza es que el Gobierno pueda resolver sus problemas de caja y elimine las retenciones lo antes posible, porque de lo contrario, el año que viene la producción va a empezar a mermar", agregó.
Hoy, el dólar a 40 pesos es competitivo para producir y exportar. Mejora significativamente la perspectiva en un momento en que los precios están deprimidos. Pero las inversiones del campo, necesariamente, requieren previsibilidad a largo plazo. Un ternero recién está completo al cabo de un ciclo de casi cuatro años.
Ordenamiento territorial
En la provincia, a la actual coyuntura del dólar y la inflación, se une el capricho del ordenamiento territorial. En los próximos días se dará a conocer el final del conflicto por los 32 lotes fiscales cuyos desmontes fueron habilitados por el Gobierno provincial. El ministro de Ambiente de la Nación, en una resolución carente de verificación y fundamentos, dispuso que los desmontes eran irregulares. La Provincia suspendió las actividades en esos predios. En mayo, unos y otros decidieron que la habilitación era correcta. Y formaron una comisión. En agosto acordaron que se iba a dictar un acta de habilitación para cada predio. Y pasó el año.
Las pasturas que se suspendieron en enero serán implantadas en enero próximo. Pero en estos nueve meses, un inversor que había comprado tres mil vacunos por 2.250.000 dólares, hoy tiene ese mismo rodeo pero que vale 1.350.000 dólares.
"El problema de los 32 lotes es una parte, pero la cuestión es mucho más profunda, porque no se están haciendo habilitaciones nuevas. El crecimiento horizontal está frenado porque no se están haciendo habilitaciones nuevas. Casi nulo. En Salta, el crecimiento de la ganadería es vertical, es decir, se aumenta la eficiencia de cada hectárea transformando granos en carne en feed lots, con engordes a corral. Hoy hay una importante compra de terneros fuera de la provincia para engordarlos acá", dijo Elizalde.
La diferencia entre desarrollo horizontal y vertical se traduce también en diferencia de peso del ganado, costos y estrategias. Elizalde ya había señalado que en 2002 la carga fiscal rondaba el 20% del PBI, y actualmente se encuentra cercana al 40%. "Desde entonces se subieron impuestos y se cerraron exportaciones de trigo, maíz, leche y carne, entre otras cosas. Como consecuencia, se cerraron 130 industrias frigoríficas y más de 4.900 tambos". En el sector rural, en general consideran que los tiempos han cambiado y que la generalización de las retenciones muestra que no se trata de una confrontación contra el campo, como sucedía en 2008. Sin embargo, es un impuesto regresivo. Y esperan que la recaudación equilibre la economía y se oriente a la formación laboral y la inversión en infraestructura.