Durante el fin de semana, circuló fuerte la posible vuelta a las retenciones para todos los granos, las cuales también abarcaría cambios a varios productos exportados por las economías regionales. Este rumor generó la reacción de diversos sectores, entre ellos, el de la red de productores autoconvocados argentinos.
Mediante un comunicado, titulado "Retenciones, ¿otra vez flan?", se oponen al regreso de los derechos de exportaciones.
Enuncian:
Los productores autoconvocados declaramos:
- Que pagamos TODOS los impuestos de las demás actividades y ADEMAS retenciones.
- Que apoyamos al Presidente en su decisión inicial de reducir y eliminar las retenciones. Y destacamos que con esto no otorgó ningún beneficio al campo. Por el contrario, se redujo parcialmente un discriminatorio perjuicio que el sector agradeció con creces con cosechas récord de maíz y trigo (aumentó 132% el PBI trigo y el estado recaudó 29% más) y una importante producción aún en medio de una catástrofe climática (inundaciones seguidas de sequía y coronadas con estrepitosas lluvias durante la cosecha)
- Que las actividades productivas del país soportan la mayor presión tributaria del mundo y el campo más que el resto de las actividades frente a un Estado que no conforme con su insostenible peso en el PBI, no se ajusta siquiera a un elemental principio de caja (no gastar más que lo recaudado) condenándonos a un déficit crónico.
¿Es necesario explicarlo? Las retenciones no sólo le hacen mal al campo. Le hacen mal al país alimentando el mito del eterno retorno (gasto, déficit, emisión, inflación, deuda, más impuestos y más pobreza).
Volver a instalar las retenciones es un esfuerzo extraordinario en aras de nada. Es el reconocimiento que DECIDIMOS NO CAMBIAR. Es una capitulación. Es la declaración que vamos por MAS DE LO MISMO y que seguiremos viviendo de los que producen y de la deuda en un círculo vicioso de pobreza que ya lleva 70 años y que nos llevó del puesto 7 al 70 en el ranking de países.
La solución es simple: Hay que achicar el estado y hay que dar la lucha que hay que dar. Todo el apoyo para "esta lucha" y ninguno para seguir alimentando el vicio de parasitar actividades productivas con más impuestos para engordar al "estado presente".
Señor Presidente: Cuente con nosotros para el frente de batalla. Pero que sea la batalla que corresponde"