No es novedad que la fruticultura está en crisis, pero los números son alarmantes. Es que los ingresos provinciales se vinieron a pique en los últimos años en ese rubro.
Desde 2013 el retroceso en ingresos es contundente. Ese año la exportación de peras y manzanas alcanzó las 1.176.637 toneladas, y reportó 702.334 millones de dólares. En 2017, salieron del puerto de San Antonio Este 430.314 toneladas de fruta y se recaudaron 376.265 millones de dólares.
El descenso de fruta exportada y consecuentemente los ingresos fueron en caída libre. Así y todo fue el producto más exportado por Río Negro, más que la bentonita y el gas licuado de petróleo.
La Federación de Productores viene pidiendo a los gobiernos nacional y provincial medidas para reconstruir el sector. Hay cada vez más chacras abandonadas e improductivas y menos chacareros cultivando. Un tema central es el valor de la fruta que pagan las empresas exportadoras. A eso se suman la devaluación, el costo de combustibles, energía, agroquímicos y la mano de obra.
Los pequeños y medianos productores son el eslabón más débil de la cadena de la economía regional. Dependen de la venta a las grandes empresas empacadoras-comercializadoras que definen las condiciones de la transacción y valor de la fruta.
Desde 2009, los productores vienen perdiendo en esa relación producción-venta, en promedio, un 60%. Los productores apuntan contra las grandes empresas, que siguen pagando el kilo de fruta por debajo del costo de producción.
47% cayó el ingreso de dólares por la exportación de fruta en los últimos 4 años.
Según datos oficiales, la caída de la exportación de peras y manzanas rionegrinas se acentuó de manera notable a partir del 2013. Ese año, se enviaron al exterior 1.176.637 toneladas, lo que significó 702.334 millones de dólares. Mientras que, en 2017, salieron del puerto 430.314 toneladas de fruta y se recaudaron 376.265 millones de dólares.