Luego de realizar controles en más de 900 carnicerías del área metropolitana e interior de la provincia de Buenos Aires, fiscalizadores de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA) suspendieron la actividad comercial de 303 establecimientos al constatar que carecían de inscripción en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, o bien que, estando registrados, no facturaban sus ventas.
Las acciones se incluyen en la búsqueda de regularización de los distintos eslabones de la cadena de producción y comercialización de la carne. "En este caso, los controles se enfocaron sobre el comercio minorista con el objetivo de detectar situaciones de informalidad y exigir a los responsables de las carnicerías en infracción que cumplan con sus obligaciones fiscales", explicó el director de ARBA, Gastón Fossati
La suspensión provisoria de las actividades comerciales se extiende hasta que los establecimientos infractores regularicen su situación fiscal y, en forma complementaria, ARBA aplica una multa cuyo valor depende de la falta cometida. La mayor cantidad de cierres temporarios abarcó locales ubicados en La Plata (54), La Matanza (39), Quilmes (39), Lanús (20), Moreno (18), Florencio Varela (17) y Morón (16).
Los controles sobre el sector minorista de la carne se realizaron durante las últimas seis semanas y, según puntualizó Fossati, "producto de esas acciones el 40% de las carnicerías suspendidas regularizó su situación fiscal en pocos días y pudo retomar la actividad comercial".
El titular de ARBA aseguró que "al reducir la evasión fortalecemos la equidad y beneficiamos a los contribuyentes cumplidores. Si todos trabajan en regla, el padrón de inscriptos se amplía y la carga impositiva se distribuye de manera más justa". En esa línea, destacó que "formalizar la economía es fundamental para que la Provincia pueda seguir bajando la presión tributaria a los sectores productivos".
Hace poco más de un año, en el marco de una estrategia conjunta, tanto ARBA como AFIP y el Ministerio de Agroindustria de la Nación pusieron en marcha diversas acciones para combatir la evasión en toda la cadena de la carne, que registraba un alto índice de incumplimiento.
Entre otras herramientas de control, fue creado un registro de operadores de la cadena de producción y comercialización de haciendas; se incorporaron pagos a cuenta de IVA e Ingresos Brutos como condición previa para la faena; se generalizó el régimen de percepción de Ingresos Brutos que se aplica para la comercialización de carnes rojas; y se fortaleció el cruce de datos electrónicos entre los distintos organismos que intervienen en el proceso de fiscalización.
Ese conjunto de medidas aportó transparencia y equidad al funcionamiento de cada segmento del sector cárnico, con mecanismos de control que otorgan trazabilidad a las operaciones, abarcando a productores, consignatarios, industria, comercios mayoristas y minoristas