La escalada del dólar no sólo repercutió en el "parate" de la compraventa de casas y departamentos, sino que originó un fenómeno similar en el mercado inmobiliario rural.
El Índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural (Incair), confeccionado por la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), retrocedió 3,12% en comparación con el mismo mes de 2018 y 17,5% con respecto a abril.
De esta forma, el índice mostró la primera retracción durante el año, tanto en la medición interanual como en la intermensual. El índice contempla la cantidad de campos publicados para compraventa y alquileres, además de las operaciones concretadas durante el periodo evaluado.
"Todo el mes de mayo se caracterizó por la incertidumbre y los temores en el sector económico-financiero, lo que disminuyó directamente en las consultas efectuadas para el inicio o la concreción de operaciones inmobiliarias rurales", señaló CAIR en un comunicado, donde agregó: "También se retrajeron los pedidos de tasaciones en campos".
"Aunque la devaluación mejoró la rentabilidad de algunas actividades primarias, no fue así en otras que vieron encarecidos sus insumos", consideró la cámara, al tiempo que explicó que "el aumento de tasas financieras volvió a pegarle a la actividad".
"Finalmente, el respaldo del FMI, al otorgar créditos al país, podría llegar a ser un factor que despeje los temores existentes en el corto y mediano plazo, generando con ello un ambiente más amigable para los inversores en tierras rurales", concluyó la entidad.