En tren de recalcular las variables después de la crisis cambiaria y en medio de las negociaciones con el FMI, el Gobierno evalúa dar marcha atrás con medidas fiscales para equilibrar los costos con el menor impacto social posible. Por una parte, ayer trascendió que se estudia suspender el aumento de los Impuestos a los Combustibles, que debería aplicarse en junio, una vez conocidos los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Indec. Con la Reforma Tributaria, el impuesto dejó de ser un porcentaje y pasó a ser un valor establecido oficialmente, que se ajusta trimestralmente por inflación.
La inflación de marzo, abril y mayo en conjunto rondaría el 8% y trasladar eso a los combustibles podría hacer insoportable la presión alcista que sostienen las petroleras por el acuerdo de estabilidad firmado este mes con el Gobierno.
De acuerdo con lo que sostiene el Ministerio de Energía, el aumento de los Impuestos sobre Combustibles debería producirse cuando se vayan liberando gradualmente de nuevo los precios de las naftas y gasoil; es decir, el 5 de julio. Eso estará en debate en las reuniones de coordinación económica que ahora encabeza el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Allí también se está analizando la suspensión de la baja de retenciones escalonadas a las exportaciones del complejo sojero, a razón de 0,5% mensual, progresión que viene aplicándose desde enero de este año, según la medida presidencial anunciada apenas asumió Mauricio Macri, que implicó una primera reducción de 5% del gravamen. Actualmente, la retención es del 27,5%, nivel similar a la de la mayor parte del gobierno de Néstor Kirchner.
Aunque el campo consideraría la medida una traición del ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, con el sector que representó como presidente de la Sociedad Rural, la hipotética suspensión de la rebaja operaría en un escenario, por un lado de una fuerte caída de la producción, y por otro, de una mejor rentabilidad en dólares proveniente de la devaluación del peso desde el 25 de abril pasado.
En lo que respecta al análisis del Impuesto a los Combustibles, información que trascendió por el portal EconoJournal, los impuestos específicos sobre los combustibles (suma de ITC, más gravamen por las emisiones de dióxido de carbono menos porcentaje de utilización de biocombustibles, que no tributan) alcanzan en todo el país -excepto en la Patagonia- $ 6,28 por litro en las naftas y $ 4,16 en el gasoil.
Así, bajaron en marzo un 9% en la nafta súper ($ 6,93), 22% en la premium ($ 8,02), 10% en el gasoil grado 2 ($ 4,63) y 26% en el grado 3 ($ 5,64).
La rebaja del impuesto a los combustibles fue una de las propuestas que le hizo al Ejecutivo el presidente de la petrolera estatal YPF, Miguel Ángel Gutiérrez, para contener subas de combustibles.
La última oferta de Aranguren había sido reducir un 10% del tributo, pero el Estado lo descartó porque eso impactaría más en la recaudación fiscal que en un beneficio claro para los consumidores, dado que no bajaría tanto precios.