18/05/18 Alegremente se acusa a los productores de retener la soja y no querer vender, de especular ante una potencial mejora en el tipo de cambio que pueda mejorar su ingreso y el margen de su negocio. De la misma forma, se acusa a los exportadores de no querer liquidar divisas como si fuera su voluntad liquidar hoy o mañana.
Primera reflexión: "La incertidumbre paraliza las decisiones". Lo que está sucediendo desde el punto de vista de la economía doméstica no es ninguna novedad. Ya lo hemos vivido y lo viene padeciendo el país durante estos últimos 50 años. Mientras tanto, toda crisis genera incertidumbres y estamos en medio de una crisis que todavía no se ha superado.
¿Qué operador económico toma decisiones en un momento de incertidumbre? Únicamente los actores financieros que están posicionados en Lebac. Sin minimizar de ninguna forma lo sucedido en el país en esta última semana, por el contrario; en estas líneas me permito analizar la coyuntura agropecuaria desde el punto de vista del negocio, la microeconomía, su impacto en la actividad, en el medio urbano-rural y la conducta social de los productores.
Partimos de una cosecha de soja 20 millones de toneladas menos por efectos de la sequía. En términos económicos globales significa una caída en el ingreso de divisas de 8.000 millones de dólares. En términos socio económicos, en los medios urbano-rurales está pérdida en la producción de soja equivale a una brusca caída y freno en la actividad en el interior que solamente en concepto de fletes del transporte de granos equivale 800.000 viajes menos de camión. A un precio promedio de 40 dólares por tonelada transportada, en una media de 350 kilómetros, el sector camioneros tendrá una merma en sus ingresos de 32 millones de dólares.
Segunda reflexión: "Ningún productor vende su cosecha si todavía no la ha cosechado".
Esta reflexión equivale a aquel famoso axioma de un cazador cuando dice, "no le saquen la piel al oso si todavía no lo han cazado". En estos momentos quedan por cosechar 6 millones de hectáreas que equivalen a 13 millones de toneladas; hectáreas que han sufrido las excesivas lluvias de las últimas tres semanas. Todavía se están evaluando las pérdidas tanto en cantidad como en calidad que le han ocasionado las últimas lluvias a los cultivos de soja.
Tercera reflexión: "No es cierto que los productores no han vendido su cosecha y que están reteniendo". Vamos a demostrar que los productores en esta campaña han vendido mucho más cantidad de soja que en igual momento de la cosecha pasada.
A igual fecha del año anterior, los productores habían vendido nueve millones de toneladas de soja, sobre una producción total de 55 millones de toneladas, es decir un 16 por ciento de la cosecha.
La realidad muestra que hoy los productores ya han vendido 11 millones de toneladas de soja, de una cosecha probable de 37 millones de toneladas. Es decir que ya han vendido 30 por ciento de la producción total. Sin embargo, si medimos las ventas totales de soja con respecto al volumen ya cosechado de 26 millones de toneladas, lo comercializado por los productores equivale al 42 por ciento del volumen realmente cosechado.
Volvemos a repetir: ningún productor va a vender lo que todavía no ha cosechado y menos si por excesivas lluvias no puede entrar al campo y no sabe cuál será el rinde, la producción y la calidad final de su cultivo.
Estabilizada la situación cambiaria y financiera, el productor irá vendiendo conforme al avance de cosecha. Para ello requiere de por lo menos 10 días sin lluvias y con clima soleado para que puedan ingresar con las máquinas a los lotes.