La Bolsa de Comercio de Santa Fe señaló hoy que la inestabilidad y las precipitaciones que se produjeron en toda el área durante 2 a 3 días, con altos porcentajes de humedad ambiente, incidieron directamente en el ritmo de recolección de la soja de primera, deteniéndose en ese período. Luego, a medida que las condiciones lo fueron permitiendo, se reanudó gradualmente el mismo, logrando un grado de avance del orden del 45 %, representando aproximadamente unas 405.000 ha.
Los rindes fueron consolidándose y levemente incrementándose, siendo los mismos variables y heterogéneos. En los departamentos del norte del área los rendimientos promedios obtenidos fluctuaron entre 10 y 25 qq/ha; en los departamentos del centro del área de estudio entre 20 y 37 qq/ha, con lotes puntuales de entre 40 y 55 qq/ha; en los departamentos del sur del área de estudio oscilaron entre 38 y 47 qq/ha, con lotes puntuales de 60 qq/ha.
Se estimó una reducción del 17 % en el rendimiento promedio del área, el que fluctuaría entre 29 y 29,5 qq/ha, reduciéndose de 6 a 6,5 qq/ha comparados con la campaña anterior, que en dicho cultivo fue de 35,5 qq/ha.
Con respecto a la soja tardía, la inestabilidad y las nuevas precipitaciones que se registraron en la semana cubrieron las necesidades de los cultivares, en las distintas
etapas fenológicas en que se encontraron. Los indicadores que se observaron fueron: poco desarrollo de estructuras y stand de plantas, bajas alturas, entresurcos no cerrados, no uniformidad de lotes y mortandad de plantas; además de problemas de crecimiento y generación de hojas (área foliar) en algunos lotes.
Dichas características serían irreversibles a pesar de las lluvias. Ante esto, un 80 % del área sembrada presentó diferentes grados de afectación, situación que redundaría en el deterioro de los cultivares y se verían reflejados en los resultados finales.
El maíz temprano, fin de ciclo del cultivo, campaña 2017/2018, con una superficie sembrada de 78.000 ha, superficie cosechada (grano comercial) de 56.500 ha, con un rendimiento promedio de 76,0 qq/ha y una producción de 429.380 tn. Se obtuvo una pérdida consolidada de la producción de 18%.
Un cambio experimentó el maíz de segunda, particularmente en la coloración de las hojas y su turgencia, consecuencia de la disponibilidad de agua útil luego de las precipitaciones, pero otros indicadores como el bajo desarrollo en altura, estructura y uniformidad de plantas, lotes desparejos y stand de plantas por ha, no cambiaría.Un 80 % del área sembrada, presentó estado regular, dicha superficie manifestó distintos grados de afectación y síntomas característicos del estrés hídrico y térmico. El porcentaje restante en estado bueno y con bajas consecuencias.