Frente a la necesidad de la industria que necesita soja para moler, el Gobierno entiende que las exportadoras tienen vía libre para seguir importando ante una sequía que dejo al productor con pocos granos para vender. Frente a eso ambos buscan resolver los protocolos sanitarios para evitar que la mercadería se frene en los países compradores.
Según informó la agencia Bloomberg, Vicentin tiene programado adquirir en total medio millón de toneladas que llegaran a partir de septiembre. Según fuentes comerciales, este también es analizado por otras exportadoras.
Por lo pronto el Senasa y la Cámara de Exportadores de Cereales (CEC) corren contrarreloj para solucionar dos temas. El primero es que se deben actualizar los protocolos sanitarios dado que de dicha materia prima debe salir como harina y/o aceite hacia otros países.
En segundo tema es como se hacen con los eventos transgénicos que están aprobados en los EE.UU. y no en Argentina, y que además tampoco tienen el visto buenos en los países de destino, el mas importante es China.
Por lo pronto, las fuentes reconocieron que los márgenes son muy finos para traer la soja norteamericana, pero también se entiende que es una presión para que el productor venda.
Ayer, en tanto, el mercado de granos en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) contó con ofertas de compras variadas y un interesante ritmo de negociaciones a pesar de la baja del precio de la soja disponible en 100 pesos la tonelada.
Por soja, tanto con entrega inmediata como con contractual, las fábricas locales disminuyeron una vez más su propuesta de compra, proponiendo $ 6.100 la tonelada.
Merino Soto