El clima volvió a demostrar una vez más su poder sobre la producción agropecuaria. De la misma manera que cuando las lluvias son las adecuadas y los resultados en el campo son satisfactorios, cuando los extremos se hacen presentes sus efectos son nocivos.
En los últimos dos años, Córdoba ha estado a merced de una situación pendular que la llevó de excesos hídricos durante el ciclo 2016/2017 a una de las peores sequías durante la campaña agrícola actual. La magnitud del déficit hídrico ha sido tal que ya no quedan vestigios de los anegamientos que llegaron a afectar a más de 220 mil hectáreas en la provincia, y a más de 1.500 kilómetros de caminos rurales.
Con los registros de lluvias más bajos en 40 años, la producción agropecuaria está sintiendo el impacto y sus resultados se van a reflejar en el desempeño de la economía. Si bien la cosecha de soja y de maíz -los cultivos de mayor incidencia en la canasta productiva del agro cordobés- está en sus comienzos, su volumen será menor a la de la campaña anterior.
De acuerdo con datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, Córdoba tendrá en esta cosecha un 30 por ciento menos del volumen de soja y de maíz recolectado el año pasado.
La caída de producción en ambos cultivos equivale a 10 millones de toneladas.
Al impacto económico derivado de la cosecha de granos habrá que sumar las pérdidas que van a tener la producción ganadera y de leche, por una menos disponibilidad de recursos para la alimentación de la hacienda, y por los mayores costos que significará su provisión.
Efecto macro
De la misma manera que el año pasado las inundaciones afectaron también a las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa, la sequía actual también domina la escena en toda la región pampeana.
El cálculo realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario prevé una caída en la producción nacional de soja y de maíz de 20 millones de toneladas, una magnitud demasiado significativa para una economía que tiene en el agro a su principal motor de desarrollo.
El economista Juan Manuel Garzón, de la Fundación Mediterránea, le puso cifras al tamaño de la pérdida.
Con una producción de 40 millones de toneladas de soja y 33 millones de toneladas de maíz, el balance entre lo que se resigna por menor producción y lo que se compensa por una mejora en el precio de los granos es de 4.153 millones de dólares. En términos del impacto sobre la economía nacional equivale a 0,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), precisan los números de Garzón.
Si se tiene en cuenta que Córdoba participa con alrededor del 30 por ciento de la producción nacional de soja y de maíz, el impacto en la economía provincial es de 1.245 millones de dólares. Con un Producto Bruto Geográfico (PBG) provincial de alrededor de 49.500 millones de dólares, los efectos de la sequía recortarán su valor en alrededor de dos puntos.
Por la incidencia que tiene la producción agropecuaria sobre la economía, el fenómeno climático en la provincia genere un efecto negativo mayor que a nivel nacional.
Impacto en el interior
La actividad en el interior será la principal afectada. El primer golpe que tendrá el menor volumen de producción será en el bolsillo del productor. En muchas empresas agrícolas, por la incidencia de los alquileres de los campos en la estructura de costos, la rentabilidad será negativa y van a necesitar ayuda financiera para continuar con la actividad.
"El sector va a requerir financiamiento, con un período de gracia de al menos un año, para que el productor pueda sembrar la próxima campaña y comenzar a pagar cuando venda esa cosecha", advierte Gabriel De Raedemaeker, productor de Oliva y titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercer Zona, entidad que agrupa a las sociedades rurales de Córdoba, La Rioja y Catamarca.
El transporte de granos también verá resentido su desempeño. Una caída de 10 millones de toneladas de soja y de maíz significa 330.000 viajes menos en camión.
Desde la Federación Cordobesa del Transporte Automotor de Cargas (Fecotac), entidad que agrupa a los transportistas de granos, admiten que habrá una disminución en la cantidad de fletes.
"Sólo esperamos que está situación no sirva para que los dadores de cargas se aprovechen y quieran pagar por debajo de la tarifa acordada en el ámbito de la provincia", dijo Pablo Trapani, titular de Fecotac. Un empresario con un camión necesita hacer al año entre 100 y 110 viajes hasta el puerto de Rosario para seguir en el sistema, enumeró.
La inversión será otra variable que se ajustará y su efecto derrame será más atenuado. Con menos dinero disponible por parte del productor para adquirir insumos y para reponer equipamiento, las empresas proveedoras están reviendo sus expectativas iniciales de negocios.
"Cuando arrancamos la campaña en octubre, las expectativas estaban puestas en tener un año al menos como 2017 que, en el caso de la venta de tractores, había sido el mejor de los últimos 10 años. Sin embargo, por efecto de la sequía es posible que haya un recorte", admitió Christian Lancestremere, director de Ventas de Case, la compañía que tiene una fábrica de tractores y de cosechadoras en el barrio Ferreyra, en la ciudad de Córdoba.
Por su parte, la ganadería y la lechería también son víctimas de la sequía. La menor disponibilidad de forraje, por la falta de agua, puede incidir en los niveles de producción de los establecimientos. En algunos lugares de la provincia, los ganaderos se han visto obligados a vender hacienda por la escasez de alimentos y a acelerar algunos procesos productivos, como los destetes de los terneros, para intentar mantener los niveles de actividad. En los tambos, la imposibilidad de confeccionar reservas para pasar el invierno podría impactar en los volúmenes de producción de leche.
Sin lluvias en el horizonte, el inicio de la nueva campaña agrícola (2018/2019) se vería resentido, ante la imposibilidad de sembrar trigo y pasturas forrajeras.
Campaña agrícola: Menos soja y maíz
La producción provincial de ambos cultivos caería 30%. 300.000. En este número se reduciría la cantidad de fletes por camión en la provincia, debido a la menor cosecha. La Bolsa de Comercio de Rosario calcula que la producción cordobesa de soja y de maíz caerá en 10 millones de toneladas. Los transportistas de carga anticipan un menor nivel de actividad. En el último año, los costos de este servicio crecieron 35 por ciento.