El acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea se enfrenta a los últimos obstáculos. Tras dos jornadas de conversaciones al máximo nivel en Bruselas entre los cuatro cancilleres de Mercosur y los dos comisarios europeos (Comercio y Agricultura) responsables de la negociación, la Comisión Europea se muestra optimista aunque reconoce que existen todavía "posiciones difíciles".
Francia, uno de los países más reticentes al pacto por la presión de su sector ganadero, dio un giro. El presidente francés Emmanuel Macron se mostró partidario de una "rápida" finalización del acuerdo. La nueva postura francesa fue lo que permitió a la comisaria Cecilia Malmström subir el martes la cuota de carne anual con aranceles reducidos de 70.000 a 99.000 toneladas anuales, lejos aún de las 150.000 que pide Mercosur.Esa oferta aún no es pública, pero las fuentes consultadas en Bruselas por Clarín aseguran que el martes la dio a conocer a los ministros de Mercosur.
Esas mismas fuentes contaron que Paraguay se daría por satisfecho con esas 99.000 toneladas, que Brasil y Uruguay serían los más reticentes y que Argentina estaría en una posición intermedia.
El vicepresidente de la Comisión Europea Jyrki Katainen aseguró ayer que los negociadores "están en la parte final del partido con los países de Mercosur" y que el martes hubo avances. Katainen dijo sentirse "bastante esperanzado", pero reconoció que "al final del partido quedan por resolver los asuntos más difíciles".
Las conversaciones continúan en la capital belga este viernes.
Katainen añadió que los negociadores "tienen que calibrar cuánto ofrecen y dónde están las líneas rojas.
Siempre es difícil pero si la voluntad política es fuerte, como es en este momento, estoy seguro de que podemos conseguirlo". Katainen añadió que tantos los europeos como los ministros de Mercosur reconocieron la importancia política y económica de llegar a un acuerdo comercial.
El aumento de la oferta europea de 70.000 a 99.000 toneladas anuales de carne con aranceles reducidos se hace a cambio de que el Mercosur acepte abrir más sus mercados a las exportaciones europeas de autos, piezas de autos, productos lácteos, servicios marítimos y a que las empresas europeas puedan participar en licitaciones públicas tanto a nivel nacional como regional. El sector agroalimentario europeo sigue haciendo cabildeo contra el acuerdo. La principal organización del sector, Copa-Cogeca, asegura que tres cuartas partes de la carne que importa Europa ya viene del Mercosur (unas 246.000 toneladas al año) y que más apertura dañaría gravemente a los productores europeos.
El manejo de los tiempos por parte de la Comisión Europea debería ser objeto de estudio. En plena recta final de la negociación comercial con el Mercosur, el brazo ejecutivo de la UE anunció ayer que abre una nueva investigación contra el biodiesel argentino.
Bruselas cede así a la presión de los productores europeos, que habían presentado una denuncia el pasado nueve de noviembre, e investigará si el biodiesel argentino recibe subsidios que atenten contra la competencia. La investigación busca saber si los productores argentinos tienen acceso a soja por debajo del precio del mercado, si consiguen créditos en condiciones preferenciales y si reciben ayudas gubernamentales en forma de impuestos pagados con retrasos o directamente nunca pagados.
La Comisión Europea nunca reconoció la recepción de esa denuncia, pero la publicación de la nueva investigación en el Diario Oficial de la UE muestra que aquella denuncia fue tenida en cuenta. Europa rebajó el año pasado los aranceles al biodiesel argentino cumpliendo con un dictamen de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y una decisión del Tribunal de Justicia de la UE. Las normas europeas permiten al brazo ejecutivo de la UE volver a subir los aranceles a los nueve meses de empezada la investigación
Idafe Martin
