La Comisión Europea pretende poner toda la carne en el asador en la ronda de negociaciones comerciales con Mercosur que arrancan mañana en Bruselas. El brazo ejecutivo de la Unión Europea considera que la ventana de oportunidad para concluir el acuerdo se cerrará pronto ante las presidenciales brasileñas de octubre.
Los servicios de Comercio de la Comisión Europea saben que a partir de marzo será casi imposible que el mayor país del Mercosur acepte cesiones en las negociaciones.
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, dijo la semana pasada en Davos que "la ventana se cerrará pronto porque Brasil se está cerrando, básicamente por las elecciones".
"Si perdemos este momento -añadió- estaremos años y años" en más negociaciones.
Bruselas aprieta para lograr los máximos avances posibles en los días de negociaciones de esta semana porque cuando los brasileños voten en octubre los europeos ya estarán metidos en la precampaña electoral para las elecciones del bloque, previstas para mayo de 2019. Esos comicios darán vida en octubre de 2019 a una nueva Comisión Europea de la que Malmström podría salir porque para esa fecha acumularía dos mandatos de cinco años.
La ronda de esta semana es tan importante para los europeos que participarán los dos comisarios responsables de las negociaciones. A Malmström la acompañará el comisario europeo de Agricultura Phil Hogan.
Se sentarán frente a los cancilleres de los cuatro países de Mercosur envueltos en la negociación: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
La delegación argentin-que estará desde hoy en Bruselas- la integran el canciller, Jorge Faurie; el ministro de Producción, Francisco Cabrera; y el el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser.
Según la comisaría europea, esas conversaciones de alto nivel "deben dar la dirección política a nuestros equipos negociadores. Después dejaremos que sean ellos, durante un par de semanas, y esperamos que podamos concluir muy pronto". Hogan, irlandés, podría ser más duro que Malmström a la hora de abrir más el mercado europeo a la carne.
La mayor controversia en Europa sigue siendo el acceso que se daría a la carne de Mercosur, con Francia, Irlanda y Polonia como los países más reticentes a abrir más los mercados europeos a esas importaciones. Ese obstáculo sigue en pie y quedó de manifiesto el viernes durante la reunión bilateral en París entre el presidente Mauricio Macri y el francés Emmanuel Macron, cuando éste alertó que el acuerdo sería "desestabilizador" para el sector bovino.
Desde la Casa Rosada indicaron a Clarín que la resolución "es política antes que comercial y la decisión está", por lo que relativizan las diferencias entre ambos bloques.
Con el Reino Unido enfrascado en su salida del bloque europeo, Francia parece el único gran país de la UE con reticencias, después de que Alemania, Italia y España dejaran claro hace tiempo que el acuerdo con Mercosur no puede depender de los intereses de los productores europeos de carne.
La oferta original europea contempla 70.000 toneladas de ternera mientras los países de Mercosur pedían al menos 200.000 toneladas.
Bruselas estaría ahora dispuesta a subir su oferta hasta 100.000 toneladas.
Europa pediría a cambio más fácil acceso para sus exportaciones de autos y productos lácteos, incluir en el acuerdo los servicios marítimos y que las empresas europeas pudieran acceder a licitaciones públicas no sólo a nivel federal sino también regional.