La fruticultura de Río Negro se encuentra en un "rumbo trágico" y debe cambiar, consideró hoy el gobernador de la provincia, Alberto Weretilneck.
"La única manera de que la fruticultura cambie el rumbo trágico es hacer una fruticultura distinta", dijo el mandatario, quien insistió con la implementación del proyecto denominado Libro Blanco para una reforma estructural en el sector.
La Federación de Productores Frutícolas de Río Negro y Neuquén, en tanto, convocó a una asamblea de chacareros para el 13 de enero con el objetivo de visibilizar sus reclamos a los gobiernos nacional y provincial.
Uno de los temas en agenda será el petitorio entregado al Ministerio de Agroindustria de la Nación el 13 de diciembre, en el que -entre otras reivindicaciones- solicitan una compensación de 1,5 pesos por kilo de fruta al productor para la cosecha.
Los productores buscan evitar que se pierdan entre 200.000 y 300.000 toneladas de peras y manzanas que aún se encuentran en los árboles.
Weretilneck, en diálogo con periodistas, sostuvo que "la única manera de que la fruticultura cambien el rumbo trágico que está teniendo es hacer una fruticultura distinta".
"Y la forma de hacerlo es con inversión bajemos los costos de producción. Si nosotros no logramos bajar costos para estar mas baratos que Chile, Sudáfrica, Italia o Alemania, no tenemos destino, y para esto hay que llegar a un gran consenso y conseguir el dinero suficiente", agregó.
El proyecto del gobierno provincial denominado "Libro Blanco" consiste en reestructurar el complejo frutícola, pero es rechazado por la Federación, que entiende que solo contiene al 10 por ciento de los chacareros.
"El plan implica una inversión de 45.000 dólares por hectárea" y "no modifica el precio de la fruta, ni contempla baja de la presión impositiva", dijo la Federación.