El establecimiento ganadero Mayura, en el sudeste de Australia, posee un rodeo de 7.500 cabezas de raza bovina japonesa Wagyu puro (full-blood). Empezó a importar ganado de Japón en 1998 y hoy es uno de los rodeos puros más grandes del mundo para esta raza. Lo que ha hecho famoso en todo el mundo a este campo es que alimenta sus novillos y vaquillonas para faena con una dieta que incluye chocolate Cadbury en los últimos meses de engorde. Esto les da a los cortes una textura y sabor únicos, determinados por el marmoreo particular que da la ingesta de chocolate. El animal de engorde tiene a partir del destete seis dietas diferentes, siendo las dos últimas -a partir del momento en que el novillo o vaquillona tienen 30 meses- las que incluye el chocolate.
Los dueños del campo destacan que la Universidad de Pensilvania hace mucho tiempo que incluye el chocolate y las golosinas en las raciones. La última ración incluye dos kilos de chocolate diario, en una ración de 10 kilos de alimento, que incluye a menudo galletitas y golosinas. La firma que está en el negocio ganadero desde 1845, ocupa 3.000 hectáreas y es la más antigua de la región. La línea platinum de cortes de Mayura se vende a unos 500 dólares el kilo.
En Argentina, la facturación estable
Llamaremos "facturación bruta mensual por la venta de ganado vacuno" a la multiplicación de la faena mensual por lo que vale cada animal por cabeza; en este caso, se toma el precio por cabeza (precios por kilo por kilos promedio) de Liniers para cada mes en estudio. En el último trimestre (agosto-octubre), la ganadería vacuna facturó en promedio, a plata de hoy, unos 13.032 millones de pesos mensuales, contra unos 13.391 millones de igual trimestre del año pasado y contra 13.128 millones mensuales de agosto-octubre del 2015.
Como se observa, el valor monetario de la demanda, lo que gasta el consumo más la exportación en ganado para faena luce muy estable: en este último trimestre se ubica un 0,9 por ciento por debajo del año pasado, y un 1,2 por ciento más alto que dos años atrás. Lo que sugieren estos datos es que el quantum monetario del que dispone la demanda (consumo y exportación) para comprar ganado, y que ésta en función de la demanda final de los consumidores y del mercado internacional, es relativamente estable.
Si la oferta de ganado crece -el último año siete por ciento-, los precios reales de la hacienda caen en una proporción parecida. Este equilibrio sólo se quiebra si mejora el poder de compra de los consumidores locales, que estarían dispuestos a consumir el mismo volumen, pero a mayor precio, o que mejore el tipo de cambio real neto para la carne, o que mejoraran los precios internacionales.
Estas tres variables (ingresos, tipo de cambio, precios FOB) probablemente mejoren en los próximos meses, de forma muy moderada, por lo que a igualdad de oferta de ganado, la demanda exportadora y consumidora competiría por una oferta limitada y los precios subirían. Hasta ahora, la demanda por carne vacuna no ha aumentado: absorbe volúmenes mayores, pero a precios reales menores.