En el marco de la idea reinante en la Casa Rosada de desburocratizar el Estado, el Gobierno decidió poner fin a la obligación de liquidar divisas por parte de los exportadores, como corolario de la serie de ampliaciones de plazo que fue realizando la administración de Cambiemos desde el inicio de la gestión.
Si bien las normativas que establecieron períodos máximos para ingresar las divisas se habían reglado en 2001, fue durante los años K que los plazos se fueron reduciendo hasta llevarlo a 15 días, con el objetivo de aumentar la oferta de dólares y tratar de evitar que la escasez dispare el tipo de cambio. Esta imposición siempre fue criticada por las empresas que entendían que era de difícil cumplimiento al momento de concretar una venta en el exterior.
Cuando Mauricio Macri asumió, el plazo para la liquidación de divisas en el sistema financiero estaba en 30 días, límite que había impuesto el kirchnerismo en mayo de 2012. Durante 2016, el Gobierno fue prorrogando gradualmente el plazo de los 30 días a los 5 años.
En enero de este año, el tiempo para cumplir con la obligación de liquidar las divisas provenientes de ventas en el exterior se extendió a los 10 años con la intención de ampliar y mejorar la capacidad de financiamiento de los exportadores.
Ahora, mediante un decreto que se espera se publique hoy en el Boletín Oficial, el Gobierno directamente eliminará la obligación al entender que "se había convertido en una carga" y para "estar en línea con lo que ocurre en el mundo", tal como explicaron fuentes oficiales a Ámbito Financiero.
Respecto a la posibilidad de que con esta medida ingresen menos divisas de las exportaciones y que consecuentemente una menor cantidad de dólares en el mercado local provoque un aumento del tipo de cambio, funcionarios analizaron que "en la práctica cuando llevamos el plazo a 10 años, ya no existía esta obligación" y agregó que "la tensión que pueda haber sobre el precio de dólar se va a corregir cuando alguien venda. Si hay alguna restricción, entonces el precio no es libre".
Como ejemplo del impacto negativo que significó esta imposición, en el Gobierno explicaron que con la administración anterior las pymes argentinas perdieron 23 mercados porque los compradores no podían cumplir con el exiguo plazo de 15 días para pagar.
Habrá que ver en la práctica como repercute esta disposición sobre los agroexportadores al momento de ingresar las divisas provenientes de las ventas de granos y derivados. Por caso, la semana pasada el campo liquidó 350,7 millones de dólares por sus ventas al exterior, con una baja del 30,7% en comparación con igual período de un año antes y un 2,4% con relación a la semana previa. De esta forma, el monto liquidado por los exportadores agrícolas desde comienzos de año asciende a 18.791 millones de dólares, lo que representa una baja del 10% período de 2016.