Argentina liderará el Primer Taller Internacional de la Seda, que se desarrollará el lunes y martes próximos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), en Avenida General Paz y Constituyentes, para que "el productor pueda lograr valor" al manufacturar el hilado que se cotiza entre 300 y 500 dólares el kilo, informó hoy Hugo Enciso, jefe del Laboratorio de Seda.
"El modelo industrial no lo propendemos, sino que el productor pueda lograr valor a partir de la transformación del capullo en hilado de seda", contó a Télam Enciso, jefe del laboratorio de Seda en el área Inti Textiles.
Participarán expertos de Brasil, Colombia, Ecuador, Cuba, México e Italia, país europeo que fue el primero en occidente que adoptó la cultura rentable de la seda, hace mil años.
La actividad forma parte de un proyecto del Inti subvencionado por cuatro años con más de dos millones de euros de la comunidad económica europea, para la reducción de la pobreza en Latinoamérica y El Caribe.
"Argentina importa más de diez millones de dólares en seda, que se vende en el mismo sitio de producción, y hay más demanda que oferta", informó Enciso.
"Pretendemos que haya mayor producción con mejores condiciones técnicas, por eso desarrollamos en 2006 una máquina de hilar con la que Argentina sigue siendo cabeza tecnológica, ya que la devanadora, que es del tamaño de un lavarropas, se enchufa y puede trabajar en casa", reivindicó.
La seda es el material textil de filamento liviano más resistente que, al ser continuo, puede tener 1500 metros de punta a rabo en un capullo, que pesa un gramo.
El kilo de capullo se cotiza a 50 dólares, mientras que hilado, el kilo se eleva a entre 300 y 500 dólares. El valor escala si es teñido y tejido, ya que en chalina -que consume cien gramos, unos 200 capullos- sale 100 dólares, lo que implica más que duplicar el ingreso.
"Hacia 1945 argentina exporta seda a los Estados Unidos y aparece una nueva arma, que es el paracaídas", relató Enciso acerca de una época en la que los 'aliados' dirimían la Segunda Guerra Mundial contra Alemania, Italia y Japón, que impedían la comercialización.
Con la décima parte del grosor de un pelo, resulta un perfecto aislante térmico, y fue usado por la industria bélica, la "madre de todas las industrias", también para los primeros chalecos antibalas.
"Cuando uno piensa en seda, se imagina un raso, pero hay papel de seda, joyas de seda, hilo dental... En Argentina, una artesana hace jabón de seda; hay masaje facial con capullo de seda; y es usada como hilo de sutura porque es reabsorbida, ya que es totalmente orgánica", enumeró Enciso.
"Otra ventaja es que no debe teñirse con sustancias tóxicas sino con cúrcuma, cochinilla, clorofila, índigo, dándole colores de la moda", agregó.
Este tesoro producido por el gusano de la morera llegó desde China a Italia y desde allí pasó a Francia y España, desde donde viajó a América. Argentina tuvo una "Ley de seda" ideada por Domingo Faustino Sarmiento.
"Tucumán, Santa Fe y Córdoba tuvieron tres empresas que manufacturaban y transformaban el capullo en hilo, en la que ya había máquinas automáticas, como puede verse en (el noticiero cinematográfico) Sucesos Argentinos con un capítulo que muestra a (Juan Domingo) Perón visitando una fábrica tucumana", dijo.
Enciso afirmó que "como centro de investigación de desarrollo textil, en el Inti atendimos las necesidades técnicas de la industria del algodón, la lana o la fibra artificial durante cuatro décadas, y en 2002 empezamos con la seda".
Significó el redescubrimiento de toda esa historia nacional, quedada en el pasado de "nuestra industria textil porque en 1950 aparece la poliamida (nilon), entonces la seda pasa a ser lujo".
"Los chinos, japoneses, indios e italianos son los mejores especialistas en sericicultura, que es la cría del gusano para obtener el capullo, una actividad que tiene más de cinco mil años de antigüedad".
Los chinos mantuvieron el secreto de la seda durante más de tres mil años, y a quienes sólo conocían la lana, el algodón y el lino, y no podían creer que hubiera un filamento de más de mil metros, les decían: "Esto fue hecho por los dioses".
Para obtener seda hay que tener manejo de las moreras, que requieren un clima subtropical. Entre las provincias que en algún momento tuvieron producción se cuentan La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Misiones, Jujuy, Salta, Mendoza, Catamarca y Formosa.
"La actividad es posible desde el centro del país hacia arriba. Misiones es ideal porque puede tener once meses de cría (del gusano)", informó Enciso.
El experto afirmó que el manejo que hace Brasil es el de un monopolio al que los productores venden el capullo, para ser procesado y exportado a Japón.
"En vez nosotros queremos que cada productor busque su nicho. Nos llevan ventaja en la producción primaria, con la plantación de moreras, que es lo único que come el gusano, esa hoja verde fresca que comen como lechuga", y para la que se requieren entre una y tres hectáreas, planteó.
Hoy entre las 10 y las 16 habrá exposición de todos los productos en el predio del Inti, en Avenida General Paz 5445. Al Primer Workshop Internacional de la Seda ya hay 150 anotados, y quienes quieran concurrir al taller, podrán inscribirse en www.inti.gob.ar/textiles para participar en forma gratuita, o escribir a seda@inti.gob.ar.