En medio de la agudización de las inundaciones en gran parte de la provincia de Buenos Aires, y que tras las lluvias del fin de semana que superaron los 100 milímetros elevaron los daños en el 55% de las hectáreas productivas bonaerenses, el Gobierno reforzó los tiempos del plan de nacional del agua, que ya tiene contratos firmados en el caso del río Salado, pero que su ejecución se viene demorando ante las inclemencias climáticas.
Mientras aun se encontraban recopilando datos para actualizar la magnitud de las pérdidas que implicará el empeoramiento en los campos que venían ya anegados o inundados (en algunos casos como en General Villegas, el 70% de su territorio está afectado por el agua), desde las entidades rurales se tildó a la situación como "catastrófica", en boca del presidente de Sociedad Rural (SRA), Luis Etcheverehe, "peor que la que veníamos viviendo", como lo definió el titular de la Confederación de Asociaciones Rurales pampeanas (Carbap), Matías De Velazco.
Previo a las lluvias del fin de semana, los ruralistas de Buenos Aires y La Pampa calcularon 8,5 millones de hectáreas afectadas, en menor o mayor grado, en ambas provincias por los excesos de lluvia; y una pérdida de u$s 1500 millones "como mínimo" entre lo que no podrá cosecharse de trigo y cebada, sembrados este invierno, el ganado vacuno perdido y lo que no podrá implantarse en la inminente campaña gruesa (maíz y soja principalmente).
Desde los despachos oficiales prefieren la prudencia a la hora de pronosticar los daños de las inundaciones tanto en la campaña agrícola como en el rodeo vacuno.
Admiten sí que los pronósticos climáticos no son alentadores, tanto en el corto plazo como para la próxima temporada de verano.
Según las perspectivas que manejan en el Instituto del Clima y del Agua del Inta, a seis meses se prevé que el clima sea húmedo y las lluvias estén por encima de los niveles habituales. "Por primera vez, sucedió que tuvimos un segundo año consecutivo del efecto "El Niño", cuando todos esperábamos que lo sucediera "La Niña" (caracterizada por la sequía) que no llega", manifestó a El Cronista el subsecretario de Recursos Hídricos, Pablo Bereciartúa, quien enfatizó que se están ejecutando "más de 100 obras contra inundaciones en todo el país, sin importar el color político" de los gobiernos provinciales.
El funcionario remarcó que están en marcha obras por u$s 500 millones para la Cuenca del Salado, en las que figuran 3 contratos ya firmados (por $ 1700 millones) pero que su inicio se demoró justamente porque por el exceso de agua no pueden ingresar las máquinas.
No obstante esas dificultades, explicó el funcionario, se continúa con el programa de licitaciones para una obra considerada vital, porque atraviesa casi todo el territorio bonaerense y tiene interconexión con La Pampa, Córdoba, San Luis y Santa Fe.
Mientras el gobierno bonaerense publicó ayer en el Boletín Oficial provincial la convocatoria a licitación para otro tramo del Salado, hasta Roque Prez, por u$s 300 millones, con financiamiento del Banco Mundial, Bereciartúa indicó que esta semana, se estará publicado por parte de Nación otros u$s 300 millones para otras cinco obras a altura de Bragado, que representan otros 70 kilómetros de canalización de la cuenca.
También desde Recursos Hídricos estiman que antes de fin de mes esté listo un nuevo llamado para el resto de la etapa 4 del Salado, entre Roque Pérez y Bragado, por otros u$s 500 millones.
La diferencia sustancial con los procesos hasta ahora en marcha es que sería un solo llamado y con modalidad de contratación con financiamiento diferido, una novedad para el sistema argentino, indicó Bereciartúa a este diario.
Hasta ahora, las obras que "son a 50 años, se pagan en efectivo" con fondos del Tesoro o de entidades internacionales como el Banco Mundial o el BID, y para el funcionario llegó el momento "de ir hacia lo que se hace en el mundo".
La financiación diferida permite el pago de parte de la obra en hasta cinco años, por ejemplo, lo que mejora las posibilidades del Estado de realizar más obras en simultáneo sin descuidar la meta de achicar el déficit fiscal. comentó.
Paula López