La explotación agrícola en gran escala que permiten las tierras de la zona de Charata, Pinedo y Gancedo, como también en territorio de Santiago del Estero, han posibilitado la siembra intensiva del textil. "Llegamos mejor de lo esperado y eso nos alienta mucho de cara a una nueva campaña", indicaron los operadores de la zona.
A nivel país se calcula que este año la industria tendría que importar fibra debido a la importante caída del área sembrada. Para la campaña 2017/18 se está proyectando una superficie de siembra de 450.000 hectáreas, volviendo a recuperar la superficie perdida. Para tener una dimensión regional, en Brasil la siembra del textil se prevé en 1.000.000 de hectáreas. La diferencia radica en que los cariocas tienen un mercado interno muy grande. No obstante ello, Brasil es el cuarto exportador mundial, y en el caso de la Argentina, podremos volver a ser uno de los principales exportadores y a aspirar a implantar 1 millón de hectáreas de aquí a los próximos 5 años.
Por la genética
Alejandro Fried, de la firma de capitales argentinos Gensus, señaló que en lo que refiere a semilla de algodón es necesario hablar de tres puntos: la búsqueda de la trasparencia y combate de la semilla de bolsa blanca; incorporar mayor genética de algodón y mejor tecnología; y por último, los principios en los que se basa el sistema de control de la semilla.
Respecto del sistema de control de semillas, Friend sostiene que se tienen tres pilares importantes, uno de ellos es la venta de semillas con un esquema de información, que tanto los procesadores y vendedores deben conocer y cumplir.
En tanto que el segundo pilar le cabe al productor con la información que debe cargar al sistema del Registro de Usuarios de Semillas (RUS) y cómo esto se irá replicando campaña tras campaña. El tercer pilar se encuentra más vinculado con las delintadoras y su rol sobre el aporte de información, el control de variedades y demás.