Desde hace tiempo, el mensaje del Presidente de la Nación, Mauricio Macri, es que quiere que Argentina pueda ser el supermercado del mundo. Esto es totalmente contradictorio con la decisión de importar carne de cerdo desde Estados Unidos. En este camino, en lugar de ser supermercado pasaremos a ser el depósito donde éste país meta las cosas que no puede ubicar en otros lugares.
En todo momento el gobierno nacional dice querer fomentar la producción nacional y el agregado de valor, pero atacar de esta manera a la producción porcina nacional implica desconocer el rol que ésta cumple en las economías del interior del país, el empleo directo e indirecto que genera a través de muchísimas actividades anexas.
Tampoco se puede decir que esta medida pueda servir para mejorar los precios que pagan los consumidores por este producto, porque desde el 2015 a la fecha, la importación aumentó un 235 % y no hubo impacto en los precios en góndola. Pero sí hubo una profundísima afectación para los productores chancheros.
El ingreso de carne de cerdo de EEUU, tanto como de otros países, nos pone a los productores a competir en condiciones desfavorables, porque tanto Estados Unidos como la Unión Europea subsidian la producción, mientras que en la Argentina la presión tributaria es enorme.
Nos preocupa que se afecte de esta manera a la actividad que agrega valor por excelencia, con una medida que perjudicará a miles de pequeños y medianos chancheros (que representan al 90% del total de productores de cerdos), beneficiando sólo a tres o cuatro importadores y a cuatro o cinco supermercados que importan carne porcina a precio discrecional.
Finalmente, pero no menos importante, nos preocupa la cuestión sanitaria. En Estados Unidos existe el síndrome de pie azul, del cual Argentina está libre. Abrir la importación también podría implicar un riesgo sanitario para nuestro país.
Por todo esto es que pedimos al gobierno que reconsidere esta situación, que evalúe a quiénes quiere beneficiar y por qué, tanto como que cuál es el rumbo a seguir. Nosotros queremos producir alimentos en nuestra tierra. No queremos ser depósito de las sobras de ningún otro país