Fatih Ozdemir, Brenden Brown y Romero Bernarders fueron los encargados de exponer sus investigaciones sobre agricultura de conservación en la presentación oral de posters que inauguró el 7° Congreso Mundial de Agricultura Conservacionista, desarrollado en simultáneo al 25° Congreso de Aapresid. Los expositores detallaron diversas experiencias de aplicación y desarrollo de la AC en Turquía, Sur de áfrica y Sur de Brasil respectivamente.
Fatih Ozdemir, consultor internacional para implementar la agricultura conservacionista adecuada a los requerimientos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), fue quién inauguró las ponencias de posters en la sala del 7WCCA. El expositor se refirió a experiencias de utilización de métodos de agricultura conservacionista en Turquía, país integrante de la ECAF (Federación Europea de Agricultura Conservacionista). Según explicó, la investigación se realiza desde un abordaje holístico, que incluye la administración de tierras sostenibles y la agricultura inteligente para adaptar ecosistemas según los requerimientos de las Naciones Unidas.
La experiencia se emplaza principalmente en la provincia de Konya, ubicada en la región de Anatolia Central, en dónde la utilización de la agricultura conservacionista es muy importante. "Buscamos una manera eficiente para evitar la degradación de la tierra y las plantas que son importantes para nosotros", enfatizó el expositor.
Entre los desafíos a sortear para poder avanzar con el proyecto destacó la integración de la ganadería con la agricultura y la adaptación de la maquinaria. Dado que, si bien entiende que el potencial de la agricultura conservacionista es mucho, se trata de un concepto nuevo en Turquía, surgido en las últimas décadas.
Según las cifras que detalló Ozdemir, la experiencia arroja que en los últimos 6 meses aproximadamente unos 5000 productores han recibido capacitación en el tema y se han cubierto casi 10000 hectáreas con estos métodos. Además se han llevado adelante talleres, conferencias, reuniones, servicios de extensión, entre otras actividades realizadas desde que se comenzaron a desarrollar estos proyectos, los cuales cuentan con un presupuesto de 10 millones de dólares. A su vez, se han realizado instancias de asistencia a los fabricantes nacionales de maquinarias a fin de que integren la AC en su producción.
La segunda exposición estuvo a cargo de Brendan Brown, quien informó sobre las investigaciones en desarrollo de la AC en Etiopia, Kenia, Tanzania, Malawi y Zimbabwe, a partir del análisis de la intensidad de uso, la etapa en la que se encuentra y la forma de implementación de los métodos de la AC en cada zona.
El expositor enfatizó que la clasificación binaria (se utiliza / no se utiliza) de la adaptación al uso de la AC puede ser engañosa a la hora de detallar el desarrollo de la misma. Según los resultados expuestos la AC tiene un 79% de utilización en la zona estudiada, pero cuando se analiza la intensidad de uso se nota que ésta oscila entre el 6% y el 40%; y sólo 1% utilizan totalmente estos métodos. Es decir que en un 0,03% de las tierras se practica totalmente la AC.
A su vez, destacó que el modo en que los productores integran a sus prácticas agrícolas los métodos de la Agricultura Conservacionista, son diversos y no pueden reducirse a una relación binaria. Según detalló el proceso de adaptación es lento y complejo: en una primera instancia los productores se enteran de la posibilidad de la utilización de la AC, luego evalúan la posibilidad de utilizarla, la prueban y posteriormente deciden si la usan total o parcialmente o no la utilizan, variables que según Brown, complejizan la medición de prácticas.
También aseguró que a pesar del trabajo realizado, muchos no tienen información suficiente.
Afirmó que, si bien la intensidad de uso es baja, existe una predisposición positiva para incorporar esta técnica reflejada en las diversas modalidades de uso.
El tercer expositor fue Romero Bernarders, coautor y acompañante de Jonh Landers, quién se explayó sobre el análisis de variables que condensan el uso de los aportes tecnológicos en la agricultura por parte de los productores en el sur de Brasil.
Bernarders explicó que en la investigación utilizaron 70 indicadores distintos, de los cuales hizo una breve descripción.
Los mismos tienen como objetivo determinar qué factores resultan colaborativos y cuales no a la hora de analizar la producción, y a través de esta investigación, determinar cómo incrementar las capacidades productivas.
Según el disertante, entienden que un análisis de este tipo es fundamental dado que brinda la posibilidad de que si los resultados arrojan un bajo rendimiento, se puedan diseñar estrategias sustentables para afirmar la productividad. Al respecto resumió que "el bajo rendimiento es una oportunidad para mejorar".