"Puede estimarse que la inversión anual en fertilizantes debió ubicarse en torno a los US$ 900 millones en 2015 y a los US$ 1.000 millones en 2016; en tanto que para fines de 2017, podría alcanzar los U$S 1.400 millones", detalló el informe de KPMG al reportar la importancia de asegurar las inversiones en el sector.
"Las medidas adoptadas en el último año dieron un nuevo impulso al sector y consideró que ya hay una mejora concreta en la rentabilidad y el surgimiento de nuevas oportunidades de negocios en la actividad agrícola argentina", consideró la consultora.
Mariano Balestra, ejecutivo de KPMG Argentina afirmó que "la producción agrícola está retomando de a poco su rol como actividad central dentro del entramado productivo nacional, y las estadísticas de producción y exportación de los últimos dos años así lo corroboran".
En las conclusiones de este trabajo titulado "Inversiones en el sector agrícola", se afirma que "el productor agrario asiste actualmente a un momento particular de la industria. La nueva forma de encarar los agronegocios impactará en el modelo productivo a largo plazo, privilegiando el incremento del rinde y la gestión de costos y riesgos de una manera moderna y eficiente".
"De este modo, la adopción de nuevas tecnologías, la homogeneización de las que ya estaban vigentes y la eficientización de los métodos de siembra permitieron que los productos agrícolas argentinos retomaran su lugar entre los mejores del mundo en términos de calidad y rendimiento", añadió el informe.
En este análisis se sostiene que la cosecha 2016-2017 "comenzó a mostrar un cambio importante en la tendencia, apoyado principalmente en los resultados observados en la producción de maíz y trigo".
"Mientras la producción de maíz trepó casi un 20% respecto de la cosecha anterior, superando los 47 millones de toneladas, el trigo alcanzó el récord histórico de 18 millones de toneladas, lo que representa un 63% de incremento en relación a lo producido en 2016", detalló el documento.
"No obstante, la soja disminuyó su producción total en un 3%, acumulando 57 millones de toneladas durante la campaña 2016 / 2017", precisó.
Pero luego acotó el estudio que "resulta interesante observar que, eliminadas las retenciones a la exportación de trigo y maíz, la superficie sembrada de este tipo de granos aumentó considerablemente al tiempo que la soja, aun percibiendo una baja significativa en las retenciones a sus exportaciones, vio disminuida la extensión de tierra dedicada a su cultivo".
"En 2016 se registró un importante aumento en la demanda de fertilizantes que estuvo acompañada por un aumento proporcional en el consumo de herbicidas, pesticidas y fungicidas, entre otros, y ello fue por una mayor siembra de maíz y otros cultivos fomentadas por las nuevas medidas pro-agrícolas tomadas por el gobierno a fines de 2015 y por la tendencia bajista de los precios de éstos insumos durante 2016", expresó el informe.
En cuanto a la evolución del sector de maquinaria agrícola, el informe sostiene que "si bien durante la última década (2007-2016) la demanda local de maquinaria agrícola no ha observado los niveles de 2007 y el comportamiento de la producción doméstica fue algo cíclico, en el último año este subsector industrial ha mostrado una significativa recuperación que se tradujo en dos aspectos fundamentales".
Así, destacó "un alza del 21% en la producción local, que pasó de 12.400 unidades en 2015 a más de 15.000 unidades en 2016".
En segundo lugar, resaltó "un incremento de casi el 30% en la demanda o inversión real en estos equipos, que pasó de las 13.800 unidades colocadas en 2015 a cerca de 17.600 en 2016".
Según datos de Indec esta industria llegó a facturar más de US$ 1.300 millones en 2016, lo que representó un 30% de incremento respecto a la cifra de 2015, de alrededor de US$ 1.020 millones.
Si bien la demanda por tractores y cosechadoras fue la que más contribuyó a la facturación alcanzada en 2016, con alrededor de US$ 850 millones (es decir, un 65% de la misma), las sembradoras fueron las que más crecieron en ese período, con un 57% de aumento respecto del año anterior, alcanzando un pico de facturación de US$ 188 millones.
"Las 17.600 unidades que la industria colocó en el mercado interno durante 2016 pueden segmentarse según tipo de maquinaria: las sembradoras ocuparon el tercer lugar en esta descomposición (con 2017 unidades), pero su importante crecimiento real, de un 81% respecto a la cifra 2015, permite intuir cambios significativos en el modelo de producción de este negocio", detalló el informe.