Los 100 milímetros de lluvias de la última semana, complicaron el cierre de la cosecha gruesa, la siembra de trigo y la situación de los tambos, en campos del oeste bonaerense que aguardan desde marzo la declaración de emergencia y están recibiendo ajustes del 140 por ciento interanual en el Inmobiliario Rural.
Así lo indicó hoy a DyN Pablo Ginestet, coordinador de la Comisión de Emergencia de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y directivo de la Sociedad Rural de Henderson, que refirió que la situación con el agua "es grave", ya que "desde marzo, llovieron 900 milímetros, cuando el promedio anual ronda los 950 milímetros".
Ginestet aseguró que en el caso de Henderson, un partido con 160 mil hectáreas productivas, "hasta 45 mil están bajo agua, con una capa de agua que van desde los diez centímetros hasta los dos metros: una situación similar a la que viven partidos vecinos como Daireaux, Trenque Lauquén, Pellegrini, Tres Lomas, Guaminí, que reciben agua desde el sur de Córdoba, o América y Villegas, que reciben agua desde el sur de Córdoba".
"Desde hace una semana, en la zona se registraron lluvias de entre 80 y 100 milímetros que impidieron terminar con la cosecha gruesa, cuando aún resta levantar el 70 por ciento del maíz y entre un 15 y 20 por ciento de soja en campos donde las máquinas no pueden entrar", dijo.
Las napas en la zona se ubican a 20 o 40 centímetros de la superficie y las lluvias provocan que no haya escurrimiento y provocaron además la intransitabilidad de los caminos rurales y la falta de piso donde están los cultivos gruesos.
"Ibamos a sembrar trigo, pero hoy es imposible, no se pueden realizar las labores de cobertura por la falta de piso", reconoció Ginestet, que consideró además los problemas que deben sortear los tambos que deben "tirar la leche" sino no logran sacar su producción "con carros tirados por tractores".
En el caso de la hacienda, más allá de la pérdida de pasturas por el exceso de humedad, si los campos están inundados, el productor de Henderson, consideró que las vacas se las puede sacar arreándolas entre el barro o el agua.
Ginestet refirió que tras las promesas realizadas por las autoridades bonaerenses "desde fines de marzo, aún sigue demorada la firma del decreto que declare la emergencia en la zona, ya pasaron cuatro meses y aún no se firmó para que los productores afectados puedan beneficiarse".
Agregó que también en las últimas semanas, pese al estado de los campos, están llegando por parte de ARBA las boletas del Impuesto Inmobiliario Rural con un ajuste de hasta el 140 por ciento anual, "duplicando así el gravamen" para "campos que tienen hasta un 80 por ciento de agua".
Consultado sobre las obras pendientes en la región, Ginestet dijo, con cierta resignación, que "faltan obras de cierta magnitud que dicen que se pueden terminar en seis u diez años: los tiempos del productor no son los mismos de las obras".