Las exportaciones regionales de peras y manzanas con destino a los mercados de ultramar totalizaron, en estos primeros seis meses del año, las 185.265 toneladas, volumen 13% inferior a los embarques consolidados para este mismo período del año anterior.
La cifra muestra nuevos mínimos históricos en las exportaciones de la actividad, quebrando el piso alcanzado durante el 2016.
Lejos quedó el movimiento en el puerto durante el 2005 cuando se llegó a embarcar más de 600.000 toneladas de frutas hacia los grandes mercados de ultramar. En poco más de una década el Valle de Río Negro y Neuquén dejó de exportar hacia este destino más de 400.000 toneladas de pomáceas. Este volumen representa una facturación en torno a los 350 millones de dólares.
"Como se presenta el escenario todo indica que el próximo año perforaremos los mínimos de la presente temporada. Se están perdiendo chacras con importantes niveles de producción y no aparecen reemplazos para esos volúmenes", confió el titular de la empresa Tres Ases, Gabriel Grisanti, ante una consulta de este medio.
Según señala un reciente informe elaborado por la Terminal Portuaria Patagonia Norte, finalizada la temporada, las exportaciones de peras este año no llegan a las 150.000 toneladas, cifra que refleja una caída interanual del orden del 13%. La misma tendencia se observa en los embarques de manzanas, pero con niveles absolutos mucho menores: apenas 35.000 toneladas embarcadas.
"La realidad que muestra la temporada es muy dura. No somos competitivos y los precios en destino mostraron un ajuste que terminó por condicionar aún más nuestros embarques hacia ultramar. El escenario es dramático", reflejó Pablo Cervi, presidente de la CAFI. "El año que viene incluso puede ser peor si no se toman medidas financieras y sanitarias que permitan corregir estas tendencias", completó el ejecutivo.
Desde el sector primario las expectativas no cambian mucho. "Estamos en un momento crítico y no recibimos la ayuda necesaria para poder frenar la salida de más y más chacareros del sistema", señaló el presidente de la Federación de Productores minutos antes de subir a un avión para mantener una reunión con funcionarios del gobierno nacional.
La actividad continúa su derrotero hacia un ajuste sobre el que nadie pareciera querer hacerse cargo. La administración Macri tiene, a diferencia del gobierno anterior, una muy buena predisposición al diálogo, pero los resultados no terminan de aterrizar en la región. Las provincias de Río Negro y Neuquén se encuentran totalmente ausentes, como si el problema existiese en otra parte del territorio argentino.
Las estadísticas privadas y públicas confirman esta decadencia que se viene manifestando hace más de dos décadas en la región.
Este año las bajas en los principales indicadores comerciales se debieron a los problemas de volumen que sufrió la actividad producto del granizo y las heladas tardías registradas en las zonas productivas. Por otra parte, la cosecha sufrió serios problemas de calidad, lo que terminó por afectar las ventas en fresco de las peras y manzanas.
Empresarios y productores adelantan que, de no contar con fondos suficientes, los problemas sanitarios crecerán en forma exponencial durante los próximos meses poniendo en jaque la temporada que se avecina.
La fruticultura del Valle sufre por muchas variables que impiden su desarrollo. Algunas de ellas son:
• Un retraso cambiario que impide llegar a los mercados externos con precios competitivos respecto de nuestros competidores.
• Falta de tecnología que mejore la productividad tanto en la parte primaria como en la de servicios. Hace años que las principales empresas de la región no realizan inversiones para recomponer tecnología en los galpones de empaque y las cámaras frigoríficas.
• Niveles de producción de fruta embalada en las explotaciones que se ubican muy por debajo de países como Nueva Zelanda, Chile, Sudáfrica o Australia.
• Carencia de políticas públicas para incentivar el desarrollo de este tipo de economías regionales que vienen soportando quebrantos hace muchos años.
Con este escenario, la actividad valletana continuará degradándose y nada indica que el año que viene sus exportaciones vuelvan a quebrar los mínimos de ventas registrados este año. Una lenta agonía a la vista de todos aquellos que tienen responsabilidad y poder para modificar el actual status quo.
Todo muy lamentable.
"Nada hace prever que en la próxima temporada no volvamos a tocar nuevos mínimos con las exportaciones regionales".
Pablo Cervi, presidente de CAFI.
"La pérdida de competitividad sigue sin corregirse. El retraso cambiario tiene mucho que ver con toda esta crisis de la actividad".
Gabriel Grisanti, titular de Tres Ases.
Claves en la pérdida de competitividad
Paridad peso/dólar. El retraso cambiario que está sufriendo toda la economía argentina golpea de lleno en las economías regionales exportadoras.
Tecnología. La falta de este tipo de innovación quita competitividad en los sectores primarios y de servicios de la fruticultura del Valle.
Financiamiento. El sistema bancario hace años que da la espalda a una actividad que viene cayendo producto de la falta de rentabilidad que presenta.
Productividad. Los niveles de producción por hectárea embalados se ubican por debajo de países competidores como es el caso de Nueva Zelanda y Chile, entre otros.
Los principales destinos de nuestras exportaciones
Las exportaciones de peras hacia ultramar totalizaron, ya casi terminada la temporada, algo más de 149.000 toneladas. El dato por resaltar es que sólo tres destinos concentraron el 76% de los embarques sobre esta pomácea. Rusia es el principal comprador, importando en esta temporada 66.734 toneladas. Este volumen refleja un crecimiento interanual del orden del 11%. Claramente, si no fuera por San Petersburgo, las caídas de ventas del Valle habrían sido mucho mayores.
Pero no todo lo que brilla es oro. El mercado ruso siempre fue de alto riesgo para los exportadores regionales y todo indica que en esta temporada el escenario se mantendrá. Para muchos empresarios los dolores de cabeza recién comienzan.
El segundo destino en importancia fue Estados Unidos, con importaciones cercanas a las 25.000 toneladas, cifra que refleja una caída del orden del 25%.
Detrás se encuentra Italia con compras por algo más de 22.000 toneladas de pera y una caída interanual del 21%.
En relación con las manzanas se observa que los tres principales destinos concentran el 68% de total de las exportaciones.
Rusia aquí también resurge como el principal mercado para las manzanas del Valle con importaciones por algo más de 10.200 toneladas, valor similar al mismo período de la temporada anterior.
Holanda, la puerta de entrada al mercado del norte de Europa, importó en estos primeros seis meses del año algo más de 8.600 toneladas reflejando un incremento interanual del 17%.
En tercer lugar de importancia se encuentra Estados Unidos, hacia donde se orientó 5.300 toneladas reflejando una caída del 28%.