Este año se necesitaron más de $ 11 mil pesos por hectárea para realizar las labores culturales de poda y atado, que son propias de la época. Así lo señala un informe de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas, que indica que el costo total por hectárea de este trabajo de temporad aumentó 25% en un año.
Ejemplificado, desde Acovi, estimaron que dada la superficie total y el marco de plantación, se supone que hay 44 hileras por hectárea, el costo por hilera sería de $ 264, en el cual la participación de la mano de obra ronda el 89%.
"Como la mayoría de las actividades que forman parte del proceso de producción del viticultor, esta es una labor mano de obra intensiva. Se observa que si bien se requieren algunos insumos para su ejecución (viñeta plática, tijera y tijerón, etc.) el protagonista resulta ser el obrero de viña, alcanzando la participación de la mano de obra en el costo total por poda casi el 89%", sostiene el reporte.
En el cálculo, según explican, se contemplan los costos laborales con aportes y el costo de oportunidad del propietario por atender, gestionar y controlar estas tareas.
Si bien esta tarea cultural se ha encarecido, los productores al parecer están encarando el trabajo. Cabe recordar, que la poda, como labor cultural es un termómetro de la actividad vitícola. La cual durante varios años prácticamente no se realizó correctamente por la falta de rentabilidad del productor. Sin embargo, tras dos cosechas con precios firmes, la situación parece estar cambiando, aunque lentamente.
"Este año vemos una recuperación del productor, sobre todo en la compra de insumos y las labores culturales. Los productores están dejando más yemas y además están apostando por fertilizar para lograr mejores resultados en la cosecha", indicó Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro y directivo de Fecovita.
Para el dirigente la situación se ve también en los viñedos en la adquisición de insumos, "en nuestro caso, como las compras se hacen a través de Fecovita para conseguir mejores precios, hemos notado que los productores, no solo han comprado fertilizantes, sino que están comprando palos y alambres. Además, están acopiando herbicida para las próximas tareas, algo que no veíamos desde hace un tiempo".
La cuenta es rápida, en un año el precio del vino tinto, en el mercado traslado, tomado al 1 de junio, según datos del Observatorio, pasó de $ 7,23 a $ 12 lo que implica un aumento del 69%. En tanto, el valor de los blancos escurridos estaba en $ 2,99 el litro mientras que este año en promedio se ubica en $ 7, una suba del 134%.
"Hay movimiento para la poda. El que cosechó ya inició las labores culturales . Y el que no cosechó, no esta haciendo nada. Ahora sobre las fincas que están abandonadas hay que tomar medidas por el tema de lobesia, por que complica su combate", dijo Gabriela Lizana, de Aproem.
Falta de regularización
Si bien, este año se ha comenzado con el trabajo requerido, desde el Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (Soeva), advirtieron que han terminado denunciando ante la Subsecretaria de Trabajo, caudrillas que trabajarían en "negro" para realizar esta labor cultural.
"Hemos detectado que la mayoría de los productores trabajan con su personal de planta y que luego contratan algunas cuadrillas para realizar el resto del trabajo y esto se realiza sin pagar aportes ni nada", señaló a Los Andes, Luis Pedernera de Soeva.
En sindicalista sostuvo que a diferencia de otros años, esta temporada hay mucha gente podando, y que se está pagando entre $ 130 y $ 140 la hilera por la mano de obra, en la zona Este, como referencia.
"Hemos hecho las presentaciones correspondientes y esperamos que los productores que no estén encuadrados en la Ley sean multados como corresponde", concluyó Pedernera.
El 84% de los productores se inscribieron para tratar la "polilla de la vid"
Unas 140 mil hectáreas se encuentran afectadas con polilla de vid en Mendoza. Y tras varios años donde no se hizo nada para detener la plaga, este año, el Estado provincial ha puesto en marcha un programa para contener el flagelo.
"En algunos casos, donde la presión de la plaga es importante, principalmente en la zona Este y Maipú la pérdida por racimo llegó al 50%. El Gobierno nacional ha destinado $ 400 millones para políticas activas de control en las provincias afectadas", señaló Alejandro Molero, titular del Iscamen.
Según explicaron el problema se va a trabajar con tres estrategias: difusores de feromonas, aviones para ataque aéreo y productos químicos sin toxicidad, para eliminar la plaga de acuerdo al problema.
"De los 16 mil productores que esperábamos que se registraran, lo ha hecho el 84%. En este caso, estimamos que ese 16% restante corresponde a las hectáreas de viñedos ya no se encuentran en producción o que están abandonadas, según datos del INV", estimó Molero.
Para trabajar sobre la plaga en esta superficie, un comité estratégico decidirá cuáles son las técnicas más adecuadas para el tratamiento.
Cabe recordar que la polilla de la vid -Lobesia botrana-, detectada por primera vez en la Argentina en el 2010, es la principal plaga de la vitivinicultura aunque también puede representar un problema para el olivo. Los daños van desde disminución en la calidad de las uvas de mesa hasta pérdidas totales en la producción.