Según un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda, "el sector frutícola en Argentina profundizó su crisis en el año 2016 por las fuertes caídas registradas en el consumo interno, en el procesamiento de los productos primarios y en las exportaciones" que derivaron en una caída de la producción.
Por caso, la producción de peras y manzanas "fue la peor de los 10 años y un 15,5% inferior al promedio de la última década". Este escenario se da sin embargo en un contexto internacional favorable para ese sector que derivó los competidores directos de la Argentina en la producción de peras y manzanas aumentaron en un 5% su oferta en el mismo periodo.
A la par de las caídas en la producción y del consumo interno, motivadas por el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores, también se registró una caída en el nivel de exportación. Durante el primer año de gestión de Mauricio Macri "se comerció un 9,6% menos de frutas".
La situación de los productores locales se vio además afectada por el fuerte incremento en las importaciones. Según advierte la Universidad Nacional de Avellaneda "desde un 2015 de compras al exterior virtualmente nulas se pasó a importar más de 4 mil toneladas de frutas de carozos y pepitas en 2016". Esto implica un crecimiento en las importaciones del 3.460%, en apenas un año, que sólo se explica por "la política de apertura comercial y la pérdida de competitividad respecto de los principales competidores".
"En un contexto internacional con excedentes de oferta y países competidores con estructuras de costos más competitivos, es acuciante la aplicación de políticas de sostenimiento de la actividad por medio de subsidios directos y mejora de los márgenes de rentabilidad a productores" advierte el informe.
Los márgenes de rentabilidad de los productores de peras y manzanas apenas llegan a la mitad de los que tienen el resto de los cultivos agrícolas. A eso se suma que el consumidor no paga menos por esos mismos productos. Desde marzo pasado el diferencial con respecto al precio que paga el consumidor se siguió incrementando.
El impacto de la caída en el sector se siente con fuerza en la región. Por ejemplo en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén las manzanas y las peras explican el 90% de la producción local y casi la totalidad de las exportaciones.
Esta economía regional genera casi 100 mil puestos de trabajo entre directos e indirectos y hoy atraviesa una profunda crisis.
En Río Negro, Neuquén y Mendoza se emplazan más de 6.000 productores directos, más de 500 galpones de almacenamiento y empaque, además de alrededor de 30 compañías para elaboración de jugos, mermeladas y demás procesados.