"Somos potencia mundial en maíz y soja y obviamente tenemos intereses en nuevos mercados, más aún el mercado mexicano", dijo a Télam Gabriela Coser, economista del área de relaciones internacionales de la Confederación Nacional Agropecuaria (CNA), principal entidad brasileña del sector.
El efecto Trump entró en el radar también del campo brasileño, sobre todo para abastecer a la segunda economía latinoamericana, la de México, cuyo acuerdo de libre comercio y provisión de granos con Estados Unidos está bajo revisión del nuevo jefe de la Casa Blanca.
Brasil es el segundo productor mundial de granos de soja y de maíz después de Estados Unidos.
Pero, desde que se eliminaron los aranceles entre Estados Unidos y México a raíz del acuerdo comercial norteamericano, NAFTA, los brasileños prácticamente no pueden ingresar a territorio mexicano debido a que las tarifas de comercio exterior no son atractivas para los importadores.
"Los números de 2015 nos dicen que el 90% de la soja importada por México proviene de Estados Unidos. En contraposición, Brasil y los otros países sin acuerdos específicos con México pagan un 15% de tarifas por importaciones. Brasil tiene un acuerdo comercial con México pero la soja no ha podido entrar aún en la agenda", explicó Coser.
Según datos oficiales, en 2016 Brasil vendió a México harina de soja por u$s 46 millones, "una cifra pequeña" frente al mercado americano.
La economista considera que la CNA "tiene capacidad para abastecer toda la demanda mexicana de soja y de maíz".
El maíz, materia prima de la comida nacional mexicana, la tortilla, tiene a Estados Unidos como el primer productor mundial y el primer vendedor hacia México.
"Actualmente el maíz brasileño paga entre el 10% o el 20% para entrar a México. Si se eliminan estas barreras, estamos en condiciones, como segundos productores mundiales del maíz, de abastecer a los mexicanos", explicó la especialista de la patronal ruralista.
Para la CNA, "Brasil tiene todo el interés de mejorar el acceso de sus productos agropecuarios a México, sobre todo porque el campo brasileño un sector que tuvo u$s 70.000 millones de superávit en 2016 y espera una cosecha récord este año".
Según datos del Ministerio de Desarrollo, Comercio Exterior y Servicios, el agronegocio correspondió al 46% del total de las exportaciones brasileñas con la soja, azúcar de caña, carne de pollo congelada, celulosa, harina de soja, café y carne bovina congelada.
Durante 2016, los principales avances en el agronegocio brasileño tuvieron que ver con regiones fuera de los grandes actores de la economía internacional: el comercio de granos y carnes a Irán aumentó 28,4%, a Indonesia 10,6% y a Hong Kong 8,1%, en tanto que las ventas a la Unión Europea cayeron 8,7%, a Estados Unidos se redujeron un 3,2% y a China, principal socio de Brasil, disminuyeron 2,1%.