Los comerciantes cipoleños golpearon algunas puertas para que el plan de introducir la fruta en todas las escuelas del país sea una realidad. Hace pocos días se reunieron con autoridades regionales del Senasa para aunar criterios y simplificar el proceso de embalaje, despacho y traslado de mercadería.
Según informó ayer la vicepresidenta de la Cámara de Comercio e Industria, Natalia Chemor, el organismo nacional les dio el aval, por lo que acompañará la iniciativa. El paso siguiente será ponerse de acuerdo con las áreas de Bromatología y Salud Pública para facilitar una habilitación de embalaje en las chacras que no ponga palos en la rueda y sea más rápida.
Una vez que afinen el lápiz sobre estas cuestiones, convocarán a los productores cipoleños del INTA para que ingresen al programa y participen así de la primera prueba piloto que impulsa la CIC local con la anuencia de organismos nacionales y provinciales.
En paralelo, ya se pusieron en contacto con el diputado nacional por Cambiemos, Sergio Wisky, quien elaborará el convenio marco que interesará a otras provincias con el fin de que los productos vinculados a la fruticultura rionegrina puedan formar parte del presupuesto de las escuelas.
"La idea es rescatar la fruta que se manda a la industria por tan sólo 50 centavos el kilo y que sirve para nutrir a los chicos", comentó Chemor.
La comerciante local es optimista, por cuanto el gobierno nacional está muy interesado en que se pueda solucionar el problema de la comercialización y recordó: "Hoy no podemos exigirle más a los productores, quienes terminan siendo el único factor de ajuste. Eso tiene que cambiar".
En esa dirección, dijo que intentarán facilitar los requerimientos que impone el Senasa para empezar a "mover la rueda y tener rentabilidad".
La iniciativa procura correr el enfoque centrado históricamente en la problemática de la producción hacia la comercialización, de manera de articular la venta de los productos sin intermediarios que distorsionan los precios.
Si logran introducir los productos de la zona en las escuelas, la CIC prevé un trabajo posterior para agregarle valor al producto que se venda.