Los incendios que afectan a más de un millón de hectáreas en La Pampa, Río Negro y Buenos Aires dejaron en evidencia la necesidad de aviones hidrantes que puedan combatir el fuego en grandes superficies, y también alumbró la realidad de una promesa del relato kirchnerista: la compra de 26 naves por $57 millones que serían utilizados para este tipo de emergencias.
Casi como una broma del día de los inocentes un 28 de diciembre de 2012, Cristina Kirchner anunció con bombos y platillos las nuevas inversiones en autobombas y aviones para el Plan Nacional del Manejo del Fuego cuya suma ascendía a más de $100 millones.
Pero el falso anuncio no resistió hasta la llegada del recambio presidencial y cuando en marzo de 2015 se produjo en Chubut uno de los mayores incendios forestales en la Patagonia la ausencia de los aviones quedó al descubierto.
El titular del Sistema Federal del Manejo del Fuego, Jorge Barrionuevo, había asegurado, unos días antes de los incendios, que las aeronaves eran aviones fumigadores modificados para arrojar hasta 2.000 litros de agua sobre las zonas afectadas. Pero solo se pudo ver seis de esos aviones en Chubut. El resto se encontraban en otras provincias o dedicados a "tareas de observación".
Al Gobierno no le quedó otra que salir a admitir que la inversión nunca había sido realizada. En un comunicado la Secretaría de Medioambiente indicó: "Los 26 aviones hidrantes nunca se compraron" y aclararon que "en realidad el anuncio fue la incorporación de la flota, pero a través de una licitación para alquilarlos". Al Gobierno no le quedó otra que admitir la mentira.
La decisión se tomó porque el alquiler es una "opción más barata que la adquisición y posterior mantenimiento de semejante número de aeronaves".
Compraron otro tipo de aviones
La indignación causada por la falta de aviones para combatir los incendios forestales buscó acallarse aludiendo motivos económicos. Sin embargo, la "excusa" se disuelve cuando queda al descubierto la gestión para comprar un avión de lujo para transportar al personal de la Policía Federal Argentina que depende del Ministerio de Seguridad que comandaba Nilda Garré.
Una investigación realizada por el sitio Eliminando Variables dio cuenta que la Policia Federal realizó una contratación directa en formato de adjudicación simple por exclusividad de una aeronave de lujo para hasta 9 pasajeros y dos pilotos. Se trataba de un avión Cessna Citation XLS+, del año 2010, cuyo costo rondaría los 9 millones de dólares.
De ese modo quedó al descubierto las discrepancias a la hora de distribuir el presupuesto nacional.