6 Ene 2017
Durante los últimos meses se registraron varios eventos climáticos que impactaron de distinta manera sobre los cultivos implantados durante la campaña agrícola 2016/17.
Entre ellos se destacan: inundaciones en el oeste de Buenos Aires durante el comienzo de la primavera, déficit hídrico acompañado de heladas tardías seguidas de focos de incendio sobre el sur de Buenos Aires, y por último, excesos hídricos recientes en el centro y sur de Santa Fe, este de Córdoba y Entre Ríos.
A su vez, las últimas tormentas registradas fueron acompañadas por eventos de granizo que provocaron severos en daños en cultivos que iniciaban etapas reproductivas del ciclo fenológico.
En octubre se registraron precipitaciones abundantes en gran parte del oeste bonaerense, principalmente en los departamentos de General Villegas y Carlos Tejedor, que provocaron excesos de humedad en mayor medida en los ambientes bajos.
A pesar de ser una región mixta con gran participación de la actividad ganadera, se relevaron pérdidas de plantas en lotes implantados con trigo y cebada, y un fuerte retraso en la siembra de soja, maíz y girasol.
Pese a esto último, las pérdidas de área de trigo fueron compensadas con los rendimientos recolectados, que se ubicaron por encima de las expectativas al inicio de la cosecha.
Dicha región, finalizó la campaña de fina 2016/17 con un rinde promedio de trigo de 41,9 quintales por hectárea y 38,9 qq/ha para cebada.
La mejora en la evolución climática y del estado de los caminos, permitió continuar con la incorporación de cultivos de verano (principalmente girasol, maíz y soja), los cuales fueron implantados de manera exitosa gracias a la adecuada oferta hídrica en la cama de siembra.
Sin embargo, gran parte del área inicialmente destinada a maíz temprano que no pudo ser sembrado en fecha óptima, lo fue a plantíos tardíos durante diciembre.
En cuanto al sur de Buenos Aires, durante los últimos dos meses la región no registró lluvias que permitieran abastecer de buena humedad al perfil.
Este fenómeno causó un déficit hídrico que afectó al cultivo de trigo y cebada durante gran parte de sus etapas reproductivas críticas, siendo mayor el impacto en lotes de trigo implantados en fechas más tardías.
Además, la región tuvo heladas sobre fines de octubre y principios de noviembre, que junto con la escasez hídrica, provocaron una importante reducción en el potencial de rendimiento de los lotes.
Durante la cosecha de trigo y cebada, se relevaron incendios locales producto de las elevadas temperaturas y de la baja humedad en lotes que ya estaban en madurez fisiológica, provocando tanto pérdidas de producción como de maquinaria agrícola.
La condición de sequía se mantuvo durante gran parte de la ventana óptima de siembra de soja, imposibilitando la implantación de 300.000 hectáreas de soja de segunda.
Es por esta razón que el área estimada para la campaña 2016/17 se redujo de 19,6 millones de hectáreas a 19,3 millones, un 4% inferior a la superficie implantada en el ciclo previo (área soja 2015/16: 20,1 millones de hectáreas).
En paralelo, el crecimiento y desarrollo de los lotes de girasol y maíz incorporados en la región se encuentran demorados por la falta de humedad, presentando una condición de cultivo que varía de regular a mala.
En caso de no registrarse nuevas precipitaciones durante las próximas semanas, podría caer significativamente el potencial de rendimiento de ambos cultivos, principalmente en aquellos lotes que comiencen a transitar el período crítico de floración y llenado de grano.
Más recientemente, en las últimas dos semanas, la franja central del área agrícola nacional acumuló volúmenes precipitados superiores a los promedios históricos zonales.
En consecuencia, parte de los cultivos de soja y maíz implantados en relieves bajos en el este de Córdoba, centro y sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y Entre Ríos, están desarrollando las etapas reproductivas bajo una condición de exceso hídrico con alta presión de enfermedades.
En algunas localidades como Rafaela, San Francisco, Concepción del Uruguay y Pergamino, la situación se agrava al relevarse inundaciones que provocaron cortes de rutas y caminos.
Por otra parte, dichas tormentas fueron acompañadas por fuertes ráfagas de viento y caída de granizo, que provocaron pérdidas de lotes de maíz temprano, soja de primera y girasol, principalmente en Trenque Laquen, 30 de Agosto, Ferré, entre otras.
En el caso de registrarse una mejora climática en los próximos días, los productores locales podrán resembrar lotes de soja y maíz.
Si bien las pérdidas aún no fueron cuantificadas, se espera una reducción en la producción de las zonas más afectadas por el temporal.
Entre ellos se destacan: inundaciones en el oeste de Buenos Aires durante el comienzo de la primavera, déficit hídrico acompañado de heladas tardías seguidas de focos de incendio sobre el sur de Buenos Aires, y por último, excesos hídricos recientes en el centro y sur de Santa Fe, este de Córdoba y Entre Ríos.
A su vez, las últimas tormentas registradas fueron acompañadas por eventos de granizo que provocaron severos en daños en cultivos que iniciaban etapas reproductivas del ciclo fenológico.
En octubre se registraron precipitaciones abundantes en gran parte del oeste bonaerense, principalmente en los departamentos de General Villegas y Carlos Tejedor, que provocaron excesos de humedad en mayor medida en los ambientes bajos.
A pesar de ser una región mixta con gran participación de la actividad ganadera, se relevaron pérdidas de plantas en lotes implantados con trigo y cebada, y un fuerte retraso en la siembra de soja, maíz y girasol.
Pese a esto último, las pérdidas de área de trigo fueron compensadas con los rendimientos recolectados, que se ubicaron por encima de las expectativas al inicio de la cosecha.
Dicha región, finalizó la campaña de fina 2016/17 con un rinde promedio de trigo de 41,9 quintales por hectárea y 38,9 qq/ha para cebada.
La mejora en la evolución climática y del estado de los caminos, permitió continuar con la incorporación de cultivos de verano (principalmente girasol, maíz y soja), los cuales fueron implantados de manera exitosa gracias a la adecuada oferta hídrica en la cama de siembra.
Sin embargo, gran parte del área inicialmente destinada a maíz temprano que no pudo ser sembrado en fecha óptima, lo fue a plantíos tardíos durante diciembre.
En cuanto al sur de Buenos Aires, durante los últimos dos meses la región no registró lluvias que permitieran abastecer de buena humedad al perfil.
Este fenómeno causó un déficit hídrico que afectó al cultivo de trigo y cebada durante gran parte de sus etapas reproductivas críticas, siendo mayor el impacto en lotes de trigo implantados en fechas más tardías.
Además, la región tuvo heladas sobre fines de octubre y principios de noviembre, que junto con la escasez hídrica, provocaron una importante reducción en el potencial de rendimiento de los lotes.
Durante la cosecha de trigo y cebada, se relevaron incendios locales producto de las elevadas temperaturas y de la baja humedad en lotes que ya estaban en madurez fisiológica, provocando tanto pérdidas de producción como de maquinaria agrícola.
La condición de sequía se mantuvo durante gran parte de la ventana óptima de siembra de soja, imposibilitando la implantación de 300.000 hectáreas de soja de segunda.
Es por esta razón que el área estimada para la campaña 2016/17 se redujo de 19,6 millones de hectáreas a 19,3 millones, un 4% inferior a la superficie implantada en el ciclo previo (área soja 2015/16: 20,1 millones de hectáreas).
En paralelo, el crecimiento y desarrollo de los lotes de girasol y maíz incorporados en la región se encuentran demorados por la falta de humedad, presentando una condición de cultivo que varía de regular a mala.
En caso de no registrarse nuevas precipitaciones durante las próximas semanas, podría caer significativamente el potencial de rendimiento de ambos cultivos, principalmente en aquellos lotes que comiencen a transitar el período crítico de floración y llenado de grano.
Más recientemente, en las últimas dos semanas, la franja central del área agrícola nacional acumuló volúmenes precipitados superiores a los promedios históricos zonales.
En consecuencia, parte de los cultivos de soja y maíz implantados en relieves bajos en el este de Córdoba, centro y sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y Entre Ríos, están desarrollando las etapas reproductivas bajo una condición de exceso hídrico con alta presión de enfermedades.
En algunas localidades como Rafaela, San Francisco, Concepción del Uruguay y Pergamino, la situación se agrava al relevarse inundaciones que provocaron cortes de rutas y caminos.
Por otra parte, dichas tormentas fueron acompañadas por fuertes ráfagas de viento y caída de granizo, que provocaron pérdidas de lotes de maíz temprano, soja de primera y girasol, principalmente en Trenque Laquen, 30 de Agosto, Ferré, entre otras.
En el caso de registrarse una mejora climática en los próximos días, los productores locales podrán resembrar lotes de soja y maíz.
Si bien las pérdidas aún no fueron cuantificadas, se espera una reducción en la producción de las zonas más afectadas por el temporal.
*Martín López y Gonzalo Hermida son analistas del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos AIres.