Lo hizo el Poder Ejecutivo nacional a través del decreto 1325/2016, que prorroga las exenciones de impuestos hasta el 31 de diciembre de 2017.
La medida prorroga desde el 1° de enero de 2017 hasta el 31 de diciembre de 2017 la vigencia del tratamiento dispuesto para el biodiesel combustible y el biodiesel puro por el Artículo 4° del Capítulo I del Título III de la Ley N° 23.966 sancionada y promulgada en agosto de 1991. Allí se establece que ni las alconaftas ni el biodiésel serían gravados con impuestos de la manera en que sí sucede con los demás combustibles líquidos.
Si bien las alícuotas para los gravámenes de la compra y venta de combustibles son detallados en ese artículo, se aclara que para estos dos productos "el impuesto estará totalmente satisfecho con el pago del gravamen sobre el componente nafta (alconaftas) o gasoil u otro componente gravado (biodiesel)". La fecha de vigencia original de dicha exención era el 31 de diciembre de 2015. Sin embargo ya fue prorrogada por distintos gobiernos varias veces hasta el día de hoy, con el argumento de fomentar la utilización de las energías renovables.
El presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, afirmó respecto del trabajo del Ejecutivo con relación a este tema: "La fluidez del diálogo y la disposición de las carteras de Energía y Agroindustria para promover el consumo de biodiésel en áreas como transporte público de pasajeros, generación eléctrica y encauzar algunos problemas sobre transparencia de la información y protocolos de certificaciones de sustentabilidad han contribuido decisivamente para conseguir el récord de producción de 2016".
Además, resaltó la necesidad de anular en 2017 los derechos móviles a la exportación de este producto, "para estar a la altura de los desafíos que propone el mercado mundial".
La producción argentina
La producción argentina de biodiesel -2,7 millones de toneladas en 2016- representa actualmente el 9% del total mundial, estimado en 30 millones de toneladas y el país ocupa el cuarto puesto en el ránking global.
Según la Carbio, esto representa un aumento del 50% respecto al año pasado, y tiene que ver con el incremento de las exportaciones (contabilizadas en más de un millón y medio de toneladas) y el consumo interno (más de un millón de toneladas).
La exportación cerrará el año 2016 en un nivel similar a 2011 (alrededor de 1,6 millones de toneladas). El principal comprador es Estados Unidos (90% de las exportaciones argentinas del biocombustible). Previamente quien más importaba biodiesel argentino era la Unión Europea, hasta que en el año 2012 impuso a nuestro país un arancel diferencial que redujo considerablemente la venta y el total de las exportaciones argentinas del producto.
En 2016 este conflicto se resolvió a través de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que hizo lugar al reclamo argentino. Un litigio similar existe con Perú, país que también aranceló la importación de biodiesel de nuestro país. A raíz de este último, Argentina sufrió una pérdida de 147 millones de dólares en concepto de exportación.
"Continuaremos impulsando los reclamos de la Argentina contra estas medidas injustificadas para que sean prontamente resueltos en el marco de la OMC o en ámbitos bilaterales, para poder volver a exportar biodiésel a Perú," afirmó Zubizarreta con miras a 2017.