Tras confirmarse que los "brotes verdes" se demoraron más de lo previsto, las expectativas oficiales y de las consultoras privadas están puestas en que los "motores" de la recuperación económica empiecen a incrementar sus revoluciones en el primer tramo de 2017. Y una vez más el sector agropecuario aparece como uno de los principales, no solo para impulsar el comercio exterior, sino también para apuntalar una mejora en la demanda interna.
Las previsiones para la primera campaña agrícola completa de la administración de Mauricio Macri (la anterior se compartió con el último tramo del gobierno K) apuntan a un fuerte salto tanto en las hectáreas sembradas con cultivos que venían relegados, como en la aplicación de tecnología, que mejora la calidad y los rindes de los lotes sembrados, y producción total récord. Un informe de Federico Muñoz destacó que "el mayor dinamismo del campo debiera ser un factor promotor de pujanza en la demanda doméstica, en especial en el interior".
En tanto, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, remarcó que el sector rural ya invirtió u$s 50.000 millones y manifestó las "cifradas esperanzas" del Gobierno "en que, lo que hemos producido y sembrado este año, en 2017 va a demostrar con creces que no estábamos equivocados". Se refería a las medidas oficiales hacia el sector, no solo agrario sino también ganadero y de economías regionales. Las estimaciones oficiales dan cuenta de que la campaña agrícola 2016/17 dejará 130 millones de toneladas de producción total, entre cereales, oleaginosas y otros cultivos menores.
De ese volumen, que será récord y estará 15% por encima del ciclo previo, Agroindustria se muestra en sintonía con cálculos privados. Aunque difieren en algunas cifras de volumen, creció la siembra de cereales (trigo, 18% arriba; maíz 5,5% y girasol, 11%) y bajó el área de la soja, que verá recortado casi 3% la superficie sembrada lo que dejará una producción de 56 millones de toneladas, 4,7% inferior al año previo